Hay que hacer una Iglesia más creíble, más presente



Avellaneda (Buenos Aires) (AICA): En su reflexión sobre el evangelio del último domingo, el obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Frassia, explicó que “el Señor nos está hablando de la presencia y la permanencia, pero también nos habla de la pérdida y del encuentro” y sostuvo que “la Iglesia tiene que estar donde está cada hombre, cada hermano nuestro”. El prelado precisó que “por eso nuestra Iglesia tiene que ser misionera, de puertas abiertas, tiene que salir de verdad a todos lados”. “No se trata de ponerse un vestido, un estandarte o un signo externo para decir ‘¡vamos a misionar!’ La actitud de toda la Iglesia, y nuestra actitud, tiene que ser de testimonio y que -como cristianos, como creyentes- con nuestra vida hagamos la Iglesia más creíble, más presente. Y que la gente vea en nosotros personas convencidas y no personas ‘ocasionales’, ‘de situación’, ‘de posturas’”, subrayó.

En su reflexión sobre el evangelio del último domingo, el obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Frassia, explicó que “el Señor nos está hablando de la presencia y la permanencia, pero también nos habla de la pérdida y del encuentro”.

“Muchas veces, en nuestra vida, tenemos presencia y permanencia pero luego uno se puede ir distanciando, alejándose de Dios, alejándose de uno mismo, alejándose de la familia, alejándose de los compromisos, alejándose de la Iglesia, porque a uno empieza a tornarse cada vez más pesada el alma, más pesado el andar, más torpe también y recurre a indebidas compensaciones. Es el pecado que va anestesiando a la persona, opacándola en sus diversos aspectos”, advirtió.


“Es así que llega el Señor y nos vuelve a encontrar, como en el relato del Padre con el Hijo pródigo donde con su misericordia resuelve la miseria de su hijo menor, alejado, perdido y reencontrado. Aquí es el mismo significado de reencontrar a la ‘oveja perdida’ como las ‘dracmas perdidas’”, ejemplificó.


El prelado precisó que “esto quiere decir que Dios nos sigue buscando y tiene misericordia sobre nosotros, pero también nosotros, una vez encontrados por Dios, no seamos ingratos ni olvidadizos; ya que tenemos que llevar ese mensaje de encuentro, de gozo, de alegría y de paz a los demás”.


Monseñor Frassia dijo que “es cierto aquello que decía Juan Pablo II que ‘el camino de la Iglesia es el hombre’, además la Iglesia tiene que estar donde está cada hombre, cada hermano nuestro. Por eso nuestra Iglesia tiene que ser misionera, de puertas abiertas, tiene que salir de verdad a todos lados”.


“No se trata -aclaró- de ponerse un vestido, un estandarte o un signo externo para decir ‘¡vamos a misionar!’ La actitud de toda la Iglesia, y nuestra actitud, tiene que ser de testimonio y que -como cristianos, como creyentes- con nuestra vida hagamos la Iglesia más creíble, más presente. Y que la gente vea en nosotros personas convencidas y no personas ‘ocasionales’, ‘de situación’, ‘de posturas’”.


“Que Dios siga teniendo misericordia de nosotros y que nosotros, con alegría, tengamos la actitud misionera para con todos nuestros hermanos”, concluyó.+


Texto completo de la reflexión



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