La Iglesia al servicio de las personas ancianas enfermas



Ciudad del Vaticano (AICA): “La Iglesia al servicio de la persona anciana enferma: el cuidado de las personas afectadas por patologías neurodegenerativas” es el tema de la XXVIII Conferencia internacional del Pontificio Consejo para los Agentes Sanitarios (Pastoral de la Salud) que tendrá lugar en el Aula Nueva del Sínodo en el Vaticano del 21 al 23 de noviembre. Monseñor Zygmunt Zimowski, presidente de ese dicasterio informó esta mañana en la Oficina de Prensa de la Santa Sede que “los cuatro puntos cardinales de la Conferencia serán la profundización, el diálogo y el intercambio de conocimientos y experiencias, la reflexión y la oración con el objetivo de mejorar, en la medida de lo posible, la asistencia sanitaria de cara al servicio pastoral de los enfermos y de los que sufren”.

“La Iglesia al servicio de la persona anciana enferma: el cuidado de las personas afectadas por patologías neurodegenerativas” es el tema de la XXVIII Conferencia internacional del Pontificio Consejo para los Agentes Sanitarios (Pastoral de la Salud) que tendrá lugar en el Aula Nueva del Sínodo en el Vaticano del 21 al 23 de noviembre.

Monseñor Zygmunt Zimowski, presidente de ese dicasterio informó esta mañana en la Oficina de Prensa de la Santa Sede que “los cuatro puntos cardinales de la Conferencia serán la profundización, el diálogo y el intercambio de conocimientos y experiencias, la reflexión y la oración con el objetivo de mejorar, en la medida de lo posible, la asistencia sanitaria de cara al servicio pastoral de los enfermos y de los que sufren”.


Acompañaron a monseñor Zimowski en la presentación a la prensa, por monseñor Jean-Marie Mupendawatu y el padre Augusto Chendi MI, respectivamente secretario y subsecretario del Dicasterio encargado de la Pastoral de la Salud, junto con la doctora Gabriella Salvini Porro, presidenta de la Federación Alzheimer Italia y el doctor Gabriele Carbone, responsable del Centro de Demencias de la Unidad Alzheimer, del Grupo hospitalario italiano de Guidonia, Italia.


Los trabajos estarán precedidos por una misa en el altar de la Cátedra de San Pedro y culminarán el sábado 23 con un encuentro de oración y reflexión antes de la audiencia con el Santo Padre. Los participantes rondan los setecientos, entre investigadores, médicos, personal eclesiástico y sanitario, profesionales y voluntarios, expertos de la asistencia de personas ancianas, procedentes de 57 países de los cinco continentes”.


El tema de este año se eligió teniendo en cuenta su importancia “tanto presente como futura, las exigencias que se derivan también en términos de pastoral, y la necesidad, como ha reiterado varias veces el Papa Francisco, de hacer que la sociedad sea más inclusiva para que los sectores más débiles de la población se inserten, respeten y valoren plenamente”.


Monseñor Zimowski explicó que en nuestros días las formas de demencia senil, entre las que el Alzheimer es la más difundida -más del 50%- afectan a más de 35 millones de personas en todo el mundo y aumentan al ritmo de 7.700.000 casos nuevos al año. “Según esas estimaciones, señaló, en 2030, los enfermos podrían superar los 65 millones. El impacto de esas patologías es enorme: en la persona afectada, en su ámbito familiar, comunitario, y, con más amplitud, social y nacional”.


“Si en muchos estados el empeño institucional en este ámbito es realmente incisivo, resulta indispensable, por otra parte, la aportación de todos los que rodean al enfermo, desde su familia a la parroquia, pasando por las estructuras apropiadas, tanto religiosas como laicas y de las asociaciones y organizaciones no gubernamentales. Todo ello marca la diferencia en la asistencia de las personas ancianas y enfermas”.


“No obstante, queda mucho por hacer. Ya en la Jornada Mundial del Anciano se puso en evidencia que las personas que ya no son jóvenes pueden correr el peligro de verse arrinconadas incluso en la comunidad eclesial. Hay muchas ofertas para ayudar a los ancianos a vivir bien su tiempo libre y muchas propuestas para que se sientan útiles pero la evangelización es otra cosa. Evangelizar la ancianidad significa descubrir sus posibilidades internas y originales y los valores que son sólo propios de ella. Se trata, ante todo, de una cuestión de significado, no de cosas o actividades. Mediante la solidaridad entre jóvenes y ancianos se comprende cómo la Iglesia sea efectivamente familia de todas las generaciones. Cuando la vida se hace frágil, en los años de la vejez, no pierde nunca ni su valor ni su dignidad: cada uno es querido y amado por Dios, cada uno es importante y necesario”.


La Conferencia abordará las siguientes temáticas: “Epidemiología y política sanitaria de las enfermedades neurodegenerativas: epidemia silente del tercer milenio”; “Investigación y cuidados: utilidad actual y perspectivas”; “El anciano afectado por enfermedades neurodegenerativas”; “Enfermedades neurodegenerativas y lugares de atención: entre el hospital y el territorio”; “Acciones preventivas y ventajas potenciales del progreso tecnológico”. Las últimas sesiones estarán dedicadas al enfoque eclesial y se hablará de “Perspectiva teológica y pastoral” y “La acción de la Iglesia”.+



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