Una vida de comunión, servicio y misión, el mejor “regalo” para el Papa



Santa Fe (AICA): “El mejor regalo que le podemos presentar a Francisco es un renovado compromiso con la vida de comunión, de servicio y de misión en la Iglesia. El quiere un Iglesia humilde y servidora, cercana a nuestros hermanos más necesitados y consciente de que su única riqueza es Jesucristo”, aseguró el arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor José María Arancedo, al recordó que este domingo, solemnidad de Cristo Rey, se clausura el Año de la Fe, que se inició el 11 de octubre de 2012 para celebrar los 50 años del Concilio Vaticano II y los 20 años del Catecismo de la Iglesia Católica.

El arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor José María Arancedo, recordó que este domingo, solemnidad de Cristo Rey, se clausura el Año de la Fe, que se inició el 11 de octubre de 2012 para celebrar los 50 años del Concilio Vaticano II y los 20 años del Catecismo de la Iglesia Católica.

El prelado consideró que “ha sido un año de gracia en el que nuestra mirada se enriqueció con el recuerdo y la vivencia del acontecimiento del Concilio Vaticano II, que siempre se nos presenta como: ‘la gran gracia de la que la Iglesia se ha beneficiado en el siglo XX. Con el Concilio se nos ha ofrecido una brújula segura para orientarnos en el camino del siglo que comienza’”.


“Como un fruto del Concilio nació el Catecismo de la Iglesia Católica, que nos permite alcanzar un conocimiento sistemático del contenido de la fe”, subrayó en su alocución semanal.


El arzobispo santafesino sostuvo que “en el marco de este año de gracia no podemos dejar de recordar el comienzo del ministerio petrino de nuestro querido papa Francisco. El lo va clausurar en Roma, nosotros lo haremos en nuestras diócesis. La Iglesia ha vivido y vive este acontecimiento eclesial del ministerio del Santo Padre con una mirada de fe, de gratitud y de compromiso”.


“Es la misma Iglesia fundada por Jesucristo sobre la fe de Pedro y de los Apóstoles, la que vive este hecho con renovado entusiasmo. En la Iglesia Jesucristo nos ha dejado su presencia en la Palabra y los sacramentos, que ella como madre lo cuida y nos lo entrega. Esta es su misión. La persona y el ministerio de Pedro, hoy Francisco, forman parte de nuestro sí a Jesucristo: ‘que es el iniciador y consumador de nuestra fe’”, indicó.


“El mejor regalo que le podemos presentar a Francisco es un renovado compromiso con la vida de comunión, de servicio y de misión en la Iglesia. El quiere un Iglesia humilde y servidora, cercana a nuestros hermanos más necesitados y consciente de que su única riqueza es Jesucristo”, afirmó.


Por último, monseñor Arancedo señaló que celebramos a Cristo Rey porque “sabemos que su reino no es de este mundo, que se maneja con otras armas, porque no ha venido a ser servido sino para servir. La humildad y la caridad son los rasgos sobresalientes de su reinado. No hay demagogias cuando llama, pide renuncia y no excluye la cruz. Su amor es exigente. Cuando la liturgia busca expresar las notas que definen su reinado nos habla de un: ‘Reino de la verdad y la vida, Reino de la santidad y la gracia, Reino de justicia, del amor y la paz’. Este Reino no es una utopía inalcanzable sino una realidad que se ha cumplido en Cristo, y a la cual él nos invita. La puerta para ingresar en este Reino no es un estatuto o una doctrina entre otras, sino la persona de Jesucristo”.+


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