Evangelizar no es tanto una forma de hablar, sino una forma de vivir



Puerto Iguazú, Misiones (AICA): “Todos tenemos la misión de predicar y testimoniar el evangelio de Jesús y es necesario proponer una nueva evangelización que sea capaz de transformar los modos de pensar y de sentir de la cultura sin Dios que hoy se pretende imponer”, expresó el obispo de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Raúl Martorell, en su homilía dominical, del 19 de enero, en la que reflexionó sobre la divinidad y la misión de Jesús y como la misión de Jesucristo se continúa en sus apóstoles y en su Iglesia, pero que para cumplirla bien, indicó el prelado, “deberán estar íntimamente unidos a Él”.

El obispo de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Raúl Martorell, reflexionó en su homilía dominical, del 19 de enero, sobre la divinidad y la misión de Jesús.

El prelado señaló que la liturgia de este domingo continúa teniendo un carácter de epifanía, es decir de manifestación de la divinidad de Jesús. Si en el domingo pasado meditábamos sobre la manifestación del Padre durante el bautismo del Señor; en esta ocasión la liturgia pone la atención sobre el testimonio y la manifestación del Bautista: “este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”.


El que es presentado como “Siervo” en el Antiguo Testamento, es presentado como “Hijo” en la Nueva Alianza, en la plenitud de los tiempos, dijo el obispo.


Seguidamente monseñor Martorell explicó que el Evangelio nos presenta el testimonio de Juan el bautista sobre Jesús. Juan lo proclama como el “Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. Juan ante todo testimonia la prioridad absoluta de Cristo y de su misión y añadió el prelado: “La misión de Jesucristo se continúa en sus apóstoles y en su Iglesia, pero para cumplirla, deberán estar íntimamente unidos a Él”.


“Como cristianos, invitó el obispo, todos tenemos la misión de predicar y testimoniar el evangelio de Jesús y de llevar a los hombres a la práctica de los sacramentos y a la vivencia del Evangelio, habiéndolo vivido antes nosotros mismos y dando testimonio de que es posible vivir la fe. Se trata ante todo de hacer la voluntad de Dios”.


“Nuestro apostolado hoy consiste en proponer los principios evangélicos frente al relativismo del mundo contemporáneo y su indiferencia para con Dios. Es necesario proponer una nueva evangelización que sea capaz de transformar los modos de pensar y de sentir de la cultura sin Dios que hoy se pretende imponer”.


“Evangelizar, enfatizó monseñor Martorell, sabiendo que no es tanto una forma de hablar, sino más bien una forma de vivir: vivir escuchando al Padre y siendo su fiel portavoz. Jesús predicaba de día y oraba de noche. Todos los métodos son ineficaces si no están fundados en la oración”.


“Es necesario, concluyó, volver a proponer a los hombres de este tiempo que sólo Jesucristo puede colmar el corazón y dar alegría, amor y sentido a la vida”. +


Texto completo de la homilía



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