Por qué son santos: explican los postuladores de Juan Pablo II y Juan XXIII

A cinco días del histórico acontecimiento que tendrá lugar el próximo domingo, 27 de abril, cuando la Iglesia canonice, por primera vez a dos pontífices el mismo día: Juan Pablo II (1920-2005) y Juan XXIII (1881-1963) y que además podrá contar con la presencia de otros dos papas: Francisco y el papa emérito Benedicto XVI.

Por ese motivo los postuladores de la causa de canonización de ambos papas, monseñor Slawomir Oder, de Juan Pablo II, y Fray Giovangiuseppe Califano, de Juan XXIII, realizaron hoy, en la sala de prensa del Vaticano, una conferencia explicando algunos detalles de este acontecimiento.


El portavoz del Vaticano, padre Federico Lombardi, puntualizó ante los periodistas que delante de un hecho tan importante es necesario “centrarse fundamentalmente sobre la santidad de estos dos papas, y no solamente sobre tantas cosas bellas y buenas que hicieron”.


Por su parte el portavoz de la diócesis de Roma, el padre Walter Insero, indicó que este martes al anochecer en la catedral San Juan de Letrán, se realizará “el primer encuentro dedicado a los jóvenes, y preparado como tal”. Precisó que el acto que contará con la presencia del vicario general de la diócesis, el cardenal Agostino Vallini, y se realizará una liturgia de la palabra con el testimonio de los dos postuladores, sobre el tema “por qué son santos”.


“Le seguirá -precisó el padre Insero- una catequesis sobre las vocaciones que actualizará el mensaje destinado a la vida de los jóvenes”.


El ‘Papa Bueno’, un pastor y padre

Por su parte el postulador de Juan XXIII, padre Califano, recordó que después de la muerte del Papa la gente percibió la santidad del mismo, logrando “una vasta fama de santidad”.


Añadió que “gracias a los diarios íntimos del alma de Juan XXIII podemos conocer su santidad en todas las etapas de su vida”. Entre ellas, “a los 23 años su empeño de hacerse santo, apoyándose en cuatro puntos: el espíritu de unión con Jesús; el recogimiento del corazón; el rezo del santo rosario; la vigilancia en las propias acciones”.


El postulador franciscano recordó también cuando el 'Papa Bueno' decía: “Todos me llaman Santo Padre; no poseo la santidad pero los deseos de poseer esta santidad son vivos y decididos”.


Precisó entretanto que al tener que resumir la figura tan vasta de este santo “se pueden señalar dos factores: el primero, el de pastor y padre”. Dichos conceptos, añadió el postulador, fueron reiterados por el papa Francisco cuando recibió hace pocos días en el Vaticano a los obispos de la diócesis de Bérgamo.


Otro aspecto es la “cordialidad, mansedumbre y alegría, que confluyeron en la definición de 'Papa bueno'”, precisó. Y recordó por ejemplo la visita al hospital pediátrico 'Bambino Gesú' y a la cárcel romana 'Regina Coeli'. “Logró así entrar en el corazón de las personas, y cuando se dice 'Papa bueno' el recuerdo va a Juan XXIII”, indicó.


El otro punto, añadió el padre franciscano, es la “obediencia y la paz”, dos palabras que “definió como su historia y su vida. La obediencia a la inspiración al Espíritu Santo recalcada también por el papa Francisco al recibir a los obispos de Bérgamo”. Concluyó recordando que el Papa italiano tuvo que obedecer y dejar su propia tierra para vivir en realidades muy difíciles. “La raíz de su santidad fue la obediencia evangélica a la voz de su Señor”, dijo.


La causa inició en 1966, y gracias a un pedido encabezado por la diócesis natal del Papa, Bérgamo, se envió el pedido de canonización en el marco de los 50 años de la muerte de Juan XXIII, en coincidencia con los 50 del inicio del Vaticano II y del Año de la Fe, indicó el postulador.


Se presentó también junto a la 'positio', concluyó el postulador, un libro con la gran cantidad de gracias obtenidas por los fieles debido a la intercesión de Juan XXIII, y se indicó que el culto del Papa Bueno se extendió en muchas diócesis del mundo que le dedicaron diversos edificios y actividades. Y además la importancia del Vaticano II en la Iglesia de hoy, y en temas como la paz y el ecumenismo.


Juan Pablo II: fe sencilla, profundidad mística y valentía

Cuando le tocó el turno a monseñor Slawomir Oder, postulador de la causa de canonización de Juan Pablo II, de dialogar con los periodistas lamentó las interpretaciones erróneas aparecidas en la prensa sobre las declaraciones del cardenal Martini según las cuales, el purpurado habría manifestado que no era conveniente la canonización de Juan Pablo II.


“La frase, dijo monseñor Oder, de la que se hicieron ecos muchos medios de comunicación fue que "era un hombre de Dios, pero no es necesario hacerlo santo". Al respecto, el postulador del papa polaco explicó que es necesario entender esta afirmación en su contexto, ya que se refiere a un debate existente desde hace mucho en la Iglesia sobre si es adecuado o menos canonizar a los papas. Por tanto, el cardenal Martini no se refería exclusivamente a Wojtyla. Asimismo ha recordado que el purpurado dijo de Juan Pablo II que fue "padre espiritual para la humanidad".


Respecto a la santidad de Juan Pablo II, el postulador explicó las tres importantes guías espirituales que tuvo Karol Wojtyla: En primer lugar su padre, quien le enseñó a rezar y él mismo llegó a decir que "su primer seminario fue su casa y su primer maestro su padre."En segundo lugar la figura del laico Ian Telanoski, a quien Juan Pablo II llamaba "el apóstol" y que le ayudó en su discernimiento vocacional. En este tiempo, Wojtyla quiso entrar carmelita pero no pudo porque en aquel momento el noviciado estaba cerrado. Y por último el cardenal Sapieha, arzobispo de Cracovia, que lo recibió en el seminario de forma clandestina contra la voluntad de los nazis ocupantes de Cracovia.


A continuación monseñor Oder destacó tres elementos de la figura del próximo santo: fe sencilla, profundidad mística de los estudios de san Juan de la Cruz y valentía para afrontar las contrariedades de la vida.


Esa fe sencilla se podía ver "en la necesidad del contacto con la gente, que lo hemos visto siempre, como sacerdotes, como obispo, como cardenal y también como Papa" y ha añadido que "necesitaba la Iglesia viviente, para sentir su fe y nutrirse de ella".


Sobre su profundidad mística observó su modo de "vivir el misterio de Dios". El mismo Benedicto XVI recordó en una ocasión, como a los pies de la cama de Juan Pablo II antes de su muerte vio "el misterio eucarístico vivido hasta el final".


Para hacer una síntesis de su espiritualidad, el postular reconoció que "a través de esa cercanía con el pueblo de Dios quería sentir con el corazón de la Iglesia". Y así, tenía un solo propósito: "evangelizar para llegar a la santidad".


Caso Maciel

Finalmente, al ser preguntado por el caso del padre Maciel y hasta qué punto el Papa sabía y conocía la realidad sobre el fundador de los Legionarios de Cristo. A ello, el postulador ha afirmado que "la investigación se ha hecho verdaderamente con el deseo de dar claridad y de afrontar todos los problemas". Sobre el problema específico mencionado por el periodista sobre el caso de Maciel, ha explicado "que se ha hecho la investigación, se ha hecho el estudio de los documentos que están a disposición y la respuesta ha sido muy clara. No existe ningún signo de implicación personal del Santo Padre en este asunto (''Non esiste alcun segno di coinvolgimento personale del Santo Padre in queste vicende')+



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