La ciudad de San Juan celebró a su patrono



San Juan (AICA): Como todos los años, miles de sanjuaninos se congregaron a las puertas de la catedral para honrar al patrono san Juan Bautista. Las actividades conmemorativas comenzaron a las 20 en el interior del templo catedralicio, donde cientos de fieles participaron de la Eucaristía. Luego fueron caminando en una procesión de antorchas hasta el Museo de la Memoria Urbana donde se encendió la tradicional fogata y se compartió un chocolate caliente, música y fuegos artificiales.

Como todos los años, miles de sanjuaninos se congregaron a las puertas de la catedral para honrar al patrono san Juan Bautista, con una serie de tradiciones populares y la celebración de la santa misa presidida por el arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Alfonso Delgado.

En su homilía, el prelado comparó el momento político y económico que atraviesa el país, con la misión que tuvo este santo, en preparar a los cristianos para la llegada de Jesús a Israel en lo que iba a ser su vida pública.


Delgado habló de los publicanos, que eran los cobradores de impuestos para los romanos: “Eran muy mal vistos por dos motivos: porque trabajaban para los romanos que ocupaban Israel y porque seguramente cobraban de más”. Explicó que san Juan les decía que no exijan más de lo que estaba estipulado, sino lo que corresponde, y que fueran justos.


“En aquel momento –agregó-, el uso de la fuerza pública lo tenían los soldados que eran policía, gendarmes y fuerzas armadas, y no se caracterizaban precisamente con hacer las cosas bien. Ellos le preguntaban al Bautista cómo alcanzar el perdón de Dios, y él, con respeto y claridad, les abrió el camino del bien, el horizonte de sus mentes: les dijo que no extorsionen, que no hagan falsas denuncias, que no toquen lo ajeno y no hagan cosas raras”.


“Vean con que respeto los trata y les enseña, los corrige, les abre el camino a la verdad, les alienta a la conversión y hacer el bien”, expresó el arzobispo a los fieles congregados en la catedral.


“Pensemos en esa humildad de quien tiene una misión tan importante: no se la creyó, fue un buen servidor para Dios, para que el bien sea un bien profundo, para que sea el bien de verdad, para ser el bien que llegue a los demás, necesitamos esa humildad de corazón que genere esa alegría de servir, el sentido en la vida es poder servir en nuestra familia, con nuestra tarea, servir a los hermanos, prestar nuestros servicios en la comunidad eclesiástica, servir en la vida social, en el ámbito que nos corresponda, porque todos somos ciudadanos”, concluyó.


Las celebraciones comenzaron a las 20 en el interior del templo catedralicio, donde cientos de fieles participaron de la Eucaristía. Luego fueron caminando en una procesión de antorchas hasta el Museo de la Memoria Urbana, ubicado en España y Mitre, donde se encendió la tradicional fogata y se compartió un chocolate caliente, música y fuegos artificiales.


El regreso de la fogata, luego de ausentare en las celebraciones del año pasado, congregó a pequeños y grandes que, pasadas las 22, arrojaron a las llamas paquetitos con sal y mensajes escritos con puño y letra.


El fuego es una tradición popular que se incorporó siglos después de establecida la memoria litúrgica de san Juan Bautista, el precursor de Jesucristo y el último de los profetas. El festejo con llamas se asocia a la llegada del solsticio de verano y la necesidad de "dar más fuerza al sol". Otros lo atribuyen a su función "purificadora".+



Etiquetas:

Publicar un comentario

[facebook][blogger][disqus]

Diocesis de Celaya

Forma de Contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Con tecnología de Blogger.
Javascript DesactivadoPor favor, active Javascript para ver todos los Widgets