La guerra y la paz, dos realidades irreconciliables



Azul (Buenos Aires) (AICA): El obispo Miguel Esteban Hesayne, fundador y director del Instituto Cristífero, aseguró que “la paz y la guerra son dos realidades irreconciliables desde adentro de su misma realidad”, ya que “la guerra es muerte y la paz es vida”. “La guerra mata la vida humana y sus nefastas consecuencias mortales se proyectan por siglos en pueblos arrasados por la espiral de violencia de las armas. Por eso, la carrera armamentista es uno de los crímenes de lesa humanidad y el más impune. Lo cometen poderosos para acumular riqueza y dominio sobre pueblos desangrados y debilitados por varias generaciones. Son negociantes de la muerte”, advirtió.

El obispo Miguel Esteban Hesayne, fundador y director del Instituto Cristífero, aseguró que “la paz y la guerra son dos realidades irreconciliables desde adentro de su misma realidad”, ya que “la guerra es muerte y la paz es vida”.

“La guerra es la muerte organizada. Y la tregua no es paz. Es un compás de espera o para optar por la paz o en caso contrario optar por la guerra. Por eso, en la voz de los cuatro últimos papas con fidelidad al Evangelio, la Iglesia es terminante: ‘Jamás la guerra’ clama Pablo VI y Juan Pablo II viaja a la Argentina para detener la Guerra de las Malvinas”, destacó en su reflexión semanal.


“Ni bien pisa suelo argentino, clama al mundo entero sentenciando ‘el siempre injusto fenómeno de la guerra que finaliza por donde debía haberse comenzado: la mesa de las negociaciones’. Viajó a Buenos Aires para exhortar al Episcopado argentino a ejercer el ministerio apostólico de la reconciliación superando la posición ética de la guerra justa que había tomado oficialmente en Asamblea plenaria”.


El prelado señaló que “el Papa con gestos y palabras nos recordó que la paz que trae Jesús no es la que enseña y se contenta la razón humana y al fin resulta insuficiente para vivir y construir una historia de paz y en paz. La historia universal se escribe con un hilo conductor que son las sucesivas guerras. A tal punto que se ha pretendido defender que el motor del progreso humano es la guerra. Craso error”.


“La guerra mata la vida humana y sus nefastas consecuencias mortales se proyectan por siglos en pueblos arrasados por la espiral de violencia de las armas. Por eso, que la carrera armamentista es uno de los crímenes de lesa humanidad y el más impune. Lo cometen poderosos para acumular riqueza y dominio sobre pueblos desangrados y debilitados por varias generaciones. Son negociantes de la muerte”, añadió.


Monseñor Hesayne afirmó que “frente a este panorama de guerra-muerte la única solución es Jesucristo, fuente de la paz. Por eso su saludo de resucitado es el Shalom cuyo significado no es meramente ausencia de guerra. No es la paz como la entiende la ética de la sabiduría humana. Es la paz que nos ha conquistado la muerte y resurrección de Jesús. Es la paz que nos ofrece la sabiduría y poder de Dios contenidos en el Evangelio de Jesús sin retaceo alguno”.


“Paz cristiana que el Pueblo de Dios-Iglesia, para cumplir su misión en este nuevo siglo XXI, ha de re-descubrir el Shalom de Jesús. Es un tesoro escondido en su Evangelio. De ahí la insistencia del papa Francisco en Evangelii gaudium para redescubrir que la paz, comprendida en su globalidad, es posible por Jesús quien ha vencido al mundo y su permanente conflictividad ‘haciendo la paz mediante la sangre de su cruz”.+


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