Mons. Fernández aclara expresiones suyas que fueron mal interpretadas


Mons. Fernández aclara expresiones suyas que fueron mal interpretadas




Buenos Aires (AICA): El rector de la Universidad Católica Argentina, arzobispo Víctor Manuel Fernández, envió un documento en el que aclara expresiones suyas que fueron mal interpretadas. “En una conferencia de prensa en el Vaticano, expresé en italiano que Jesús era criticado, como se cuenta en el Evangelio, diciendo que era un comilón y un borracho, debido a su actitud de cercanía con los pecadores, prostitutas, y lo más bajo de la sociedad¨. “En Roma y en Italia estas palabras mías fueron correctamente comprendidas, sólo como un recuerdo de lo que narra el mismo Evangelio. Pero aparentemente, leyendo la transcripción parcial en español que se difundió en AICA, algunos pudieron entender que yo afirmaba que Jesús era un borracho. Por esta razón alguien llegó a escribir una carta a muchos obispos argentinos pidiendo que yo sea desplazado de mi cargo de rector”, precisó.

El rector de la Universidad Católica Argentina, arzobispo Víctor Manuel Fernández, envió un documento en el que aclara expresiones suyas que fueron mal interpretadas. “En una conferencia de prensa en el Vaticano, durante el Sínodo de los Obispos, expresé en italiano que Jesús era criticado, como se cuenta en el Evangelio, diciendo que era un comilón y un borracho, debido a su actitud de cercanía con todos los pecadores, prostitutas, y lo más bajo de la sociedad. El mismo Jesús se refiere a esto con las siguientes palabras: ‘Llegó el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen que es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores’. Nos guste o no, es la realidad que narra el Evangelio…”.

“En Roma y en Italia estas palabras mías fueron correctamente comprendidas, sólo como un recuerdo de lo que narra el mismo Evangelio. Pero aparentemente, leyendo la transcripción parcial en español que se difundió en AICA, algunos pudieron entender que yo afirmaba que Jesús era un borracho. Por esta razón alguien llegó a escribir una carta a muchos obispos argentinos pidiendo que yo sea desplazado de mi cargo de rector”, precisó.


Texto del documento


En una conferencia de prensa en el Vaticano, durante el Sínodo de los Obispos, expresé en italiano que Jesús era criticado, como se cuenta en el Evangelio, diciendo que era un comilón y un borracho, debido a su actitud de cercanía con todos los pecadores, prostitutas, y lo más bajo de la sociedad. El mismo Jesús se refiere a esto con las siguientes palabras:

“Llegó el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen que es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores” (Mt 11, 19).


Nos guste o no, es la realidad que narra el Evangelio. Esta misma actitud de Jesús, que le ocasionaba el desprecio de los puritanos de su tiempo, ha sido rescatada por el Papa Francisco en el siguiente párrafo de Evangelii Gaudium: “Lo vemos accesible cuando se acerca al ciego del camino (cf. Mc 10,46-52) y cuando come y bebe con los pecadores (cf. Mc 2,16), sin importarle que lo traten de comilón y borracho (cf. Mt 11,19). Lo vemos disponible cuando deja que una mujer prostituta unja sus pies (cf. Lc 7,36-50) o cuando recibe de noche a Nicodemo (cf. Jn 3,1-15)” (EG 269).


En Roma y en Italia estas palabras mías fueron correctamente comprendidas, sólo como un recuerdo de lo que narra el mismo Evangelio. Pero aparentemente, leyendo la transcripción parcial en español que se difundió en AICA, algunos pudieron entender que yo afirmaba que Jesús era un borracho. Por esta razón alguien llegó a escribir una carta a muchos obispos argentinos pidiendo que yo sea desplazado de mi cargo de rector.


Lo que me interesaba destacar -y pude constatar que en Roma fue adecuadamente comprendido- es la constante cercanía de Jesús a los más abandonados de la sociedad, por más pecadores que fueran. En esa misma línea, expliqué que en los tiempos bíblicos los pastores eran personas que vivían y estaban todo el día en medio de un rebaño de ovejas, y que por eso eran personas algo despreciadas, consideradas sucias, desaliñadas, etc. Por lo tanto, las pinturas de Jesús buen Pastor que lo presentan vestido como un príncipe y con rasgos excesivamente dulces, no hacen justicia al sentido de la figura de pastor que Jesús asumía. Por supuesto que no quise decir con eso que Jesús no se bañara ni nada semejante. En el mismo sentido, cuando el Papa pide pastores “con olor a oveja” de ningún modo está diciendo que los curas no se laven. Aunque esta aclaración parezca obvia, la hago porque alguien, en una carta a La Nación, reprochó mis palabras expresando que los sacerdotes deben vestir bien. Temiendo que otras personas puedan haber interpretado mal mis expresiones o las del Papa, acerco esta aclaración, pero sin dejar de expresar que, aunque el Evangelio a veces pueda herir nuestra sensibilidad, es bueno dejarse interpelar por él.+








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