Recuerdan al Card. Caggiano, primer obispo de Rosario y primer asesor de la A.C.A.


Recuerdan al Card. Caggiano, primer obispo de Rosario y primer asesor de la A.C.A.




Rosario (Santa Fe) (AICA): “Recordadme ante el Señor” es el escrito que figura en la lápida de Antonio Caggiano de quien este año se cumple dos importantes aniversarios para recordar su figura: los 125 años de su nacimiento y los 35 años de su partida a la Casa del Padre. Cumpliendo con el pedido del cardenal Caggiano, escrito en el mármol, la Acción Católica de Rosario recordó a su primer obispo y a su primer asesor, según informó el licenciado Juan Granado, responsable del Equipo Arquidiocesano de Formación de la Acción Católica rosarina.

“Recordadme ante el Señor” es el escrito que figura en la lápida de Antonio Caggiano de quien este año se cumple dos importantes aniversarios para recordar su figura: los 125 años de su nacimiento y los 35 años de su partida a la Casa del Padre.

Cumpliendo con el pedido del cardenal Caggiano, escrito en el mármol, la Acción Católica de Rosario recordó a su primer obispo y a su primer asesor, según informó el licenciado Juan Granado, responsable del Equipo Arquidiocesano de Formación de la Acción Católica rosarina.


El 19 de febrero de 1962, con motivo de los 50 años de la ordenación sacerdotal del cardenal Caggiano, el papa Juan XXIII le envió una carta en la que le decía: “En la diócesis de Rosario, de la que estuviste al frente como obispo durante veinticinco años, diste eminentes pruebas de sagrado Pastor, cuyos felices resultados y notables frutos aún pueden observarse allí. La gobernaste con plena prudencia dotándola, entre otras cosas, de gran cantidad de templos, parroquias y escuelas católicas. Te preocupaste de la edificación de los Seminarios Mayor y Menor, del Preseminario y de la casa de campo para los seminaristas. También te interesaste con ardiente preocupación por las instituciones religiosas del pueblo, la constitución de la Acción Católica adaptada a las necesidades de la Argentina, y el incremento de la Acción Social”.


El 15 de noviembre de 2013, el papa Francisco decía en la homilía de la misa que celebró ese día: “Cuando hablamos de la figura del Obispo sabemos que “es Cristo, que en el ministerio del Obispo continúa predicando el ministerio de Salvación y santificando a los creyentes mediante los sacramentos de la fe. Es Cristo, que en la paternidad del obispo, acrecienta de nuevo los miembros de su Cuerpo que es la Iglesia. Es Cristo que en la sabiduría y prudencia del Obispo guía al Pueblo de Dios en su peregrinación terrena hasta la felicidad eterna”.


Por eso, recordar a una figura tan importante para la Iglesia de Rosario en particular, para la Argentina y para la Iglesia universal es dar gracias a Cristo mismo que actúa en la persona del Obispo. Es también dar gracias al Señor por el don de Antonio Caggiano, de su predicación, de tantos sacramentos administrados, se su cercanía paternal, de sus iniciativas y acciones.


Con estos dos aniversarios revivimos nuestra historia, lo recordamos ante el Señor y damos gracias por este instrumento de Dios que con la ayuda del Espíritu Santo comenzó la tarea de construir la Iglesia de Rosario y la Acción Católica Argentina y continuar la obra iniciada en la sede de Buenos Aires.


Pero a la vez, su figura nos impulsa a seguir evangelizando y trabajando con nuestros Obispos para que como él decía, Cristo llegue a todos los ambientes.


Breve biografía

Antonio Caggiano nació en Coronda, provincia de Santa Fe, el 30 de enero de 1889. Fue seminarista en la ciudad de Santa Fe. El 23 de marzo de 1912 fue ordenado sacerdote. De 1913 a 1931 fue profesor, años en los que formó y educó a los seminaristas de las diócesis de la región de Santa Fe.


Viendo la necesidad de la instauración de la Acción Católica en la Argentina, los entonces presbíteros Cornelio Vignati, de Buenos Aires, Antonio Caggiano, de Santa Fe, Froilán Ferreira Reinafé, de Córdoba y Silvino Martínez, de San Juan, fueron enviados a Roma a estudiar la novedad teológica y pastoral que Pío XI había iniciado en Italia y señalaba como necesaria para todo el mundo. Los cuatro, a su regreso, asumieron la responsabilidad de propagar en el país la Acción Católica, siendo los presbíteros Antonio Caggiano y Froilán Ferreira Reinafé quienes impulsaron la institución recorriendo el país.


De 1931 a 1940 fue el primer asesor de la Acción Católica, por eso se lo considera el fundador y padre de la Acción Católica Argentina.


En 1934 fue nombrado primer obispo de Rosario por el papa Pío XI, siendo ordenado por el nuncio apostólico, monseñor Felipe Cortesi, y actuaron como obispos co-consagrantes monseñor Nicolás Fasolino, obispo de Santa Fe y monseñor Fortunato Devoto, obispo auxiliar de Buenos Aires.


Doce años más tarde, en 1946, el papa Pío XII lo creó cardenal asignándole en Roma la iglesia de San Lorenzo in Panisperna. En 1959 el papa Juan XXIII lo designó arzobispo de Buenos Aires.


De 1962 a 1965 el cardenal Caggiano participó en el Concilio Vaticano II, donde representó en muchas ceremonias al Papa como legado suyo.


En 1975 abandonó la conducción del arzobispado de Buenos Aires debido a su avanzada edad. Murió el 23 de octubre de 1979 en Buenos Aires, y fue enterrado en la catedral porteña.


Su enseñanza puede resumirse en algunas grandes ideas que son permanentes: intensa vida cristiana con profunda fe, conocimiento de la vida de Dios en nosotros por la gracia, oración y sacramentos, fidelidad a la Iglesia. Siempre recordó que hay que organizarse bien para que el obispo y el párroco cuenten con una fuerza espiritual que les permita llegar, en su misión a todos los ambientes.+



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