Navidad, momento de comenzar una vida nueva, una vida en Cristo




Puerto Iguazú (Misiones) (AICA): El obispo de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Martorell, celebró la Misa de Navidad, en la que invitó a celebrar que Dios se hace hombre ¨para levantar al hombre a la dignidad de ´hijos de Dios´¨, y para que ¨el hombre le conociera y pudiera estar íntimamente cercano¨. El prelado aseguró que esta fiesta es una oportunidad para comenzar una vida nueva, una vida en Cristo.

El obispo de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Martorell, celebró la Misa de Navidad, en la que invitó a celebrar que Dios se hace hombre "para levantar al hombre a la dignidad de 'hijos de Dios'", y para que "el hombre le conociera y pudiera estar íntimamente cercano". El prelado aseguró que esta fiesta es una oportunidad para comenzar una vida nueva, una vida en Cristo.

Monseñor Martorell recordó que en la Nochebuena de Belén se hace historia la profecía tan esperada por el pueblo elegido. "En aquella noche santa, una luz intensa y una voz poderosa anunció a las naciones este nacimiento; la estrella alumbra la tierra y el anuncio ya no viene de los profetas, sino del cielo, y va al corazón y oídos de los pastores", dijo el obispo.


El prelado también recordó palabras de San Pablo, que dice que el Verbo se hizo "uno de nosotros para enseñarnos a negar la impiedad y los deseos del mundo, para que vivamos con la bienaventurada esperanza en la manifestación gloriosa del gran Dios y Salvador". Al respecto, el obispo agregó: "Desde el nacimiento del Salvador, los cristianos no debemos vivir encerrados en las realidades y esperanzas terrenas, sino abiertos a las esperanzas eternas, deseando encontrarnos un día con nuestro Dios y Señor".


"Todos nosotros celebramos el comienzo de una vida nueva, una vida en Cristo", subrayó. "Y esta vida es distinta a la que nos presenta el mundo. Es una vida abierta a Dios Nuestro Señor y a sus designios sobre el mundo. Solamente de esta manera nosotros podemos cambiar y puede cambiar el mundo", agregó.


Monseñor Martorell insistió en que la venida de Jesús y el recuerdo de la Navidad no se trata de un mito, sino de una realidad histórica y documentada." Las profecías se cumplieron, los evangelistas vivieron con Jesús, le escucharon y vieron las maravillas que hizo entre los hombres, pero ciertamente es necesario tener fe, porque sin fe la Navidad se convierte en un festejo más, una fiesta comercial o en un día de vacaciones", observó.


"Desde que Jesús nació en Belén, será siempre la dignidad del hombre la que está en juego, porque el Hijo de Dios al encarnarse se ha puesto al nivel del hombre. Dios se hace hombre, para levantar al hombre a la dignidad de "hijos de Dios", para que el hombre le conociera y para estar íntimamente cercano. Celebremos la Navidad con amor, con el amor de los hijos de Dios. No paganicemos esta fiesta sagrada de la Navidad. Renovemos la fe, pongamos la esperanza de un mundo mejor en manos de quien todo lo puede. Pidamos al Señor que cada corazón renazca en un corazón nuevo para nuestro bien y el de todos los hombres. Festejemos a Cristo que nace, Señor de la Vida y custodio de la misma", concluyó el prelado en su misa de Navidad.+


Texto completo de la homilía



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