Francisco encomendó a todos los catequistas a la protección de san Pío X

Ciudad del Vaticano (AICA): En el día de la memoria de san Pío X, viernes 21 de agosto, el papa Francisco como un simple fiel visitó por sorpresa la Basílica de San Pedro, en ocasión de la misa por el centenario de la muerte del santo pontífice, Giuseppe Melchiorre Sarto, sepultado en el Vaticano. Francisco como cualquier devoto se sentó al margen de la primera fila mientras se oficiaba la eucaristía matutina. “Recé rezado delante de la tumba de san Pío X por todos los catequistas encomendándolos a su protección, así como hacía cada año en la Argentina por la jornada de los catequistas”, dijo Francisco.
En el día de la memoria de san Pío X, viernes 21 de agosto, el papa Francisco como un simple fiel visitó por sorpresa la Basílica de San Pedro, en ocasión de la misa por el centenario de la muerte del santo pontífice, Giuseppe Melchiorre Sarto, sepultado en el Vaticano. Francisco como cualquier devoto se sentó al margen de la primera fila mientras se oficiaba la eucaristía matutina. “Recé rezado delante de la tumba de san Pío X por todos los catequistas encomendándolos a su protección, así como hacía cada año en la Argentina por la jornada de los catequistas”, dijo Francisco.

Monseñor Lucio Bonora, estudioso de la obra del santo, acompañado de dos sacerdotes celebrantes de la secretaria de Estado y de dos sacerdotes malteses, se sorprendió al ver al Papa en primera fila durante la celebración.

El Papa para evitar el embarazo y la sorpresa del celebrante lo invitó a iniciar la misa. “Después de la misa el Santo padre me explicó que esta mañana temprano había ya celebrado, pero que, al llegar a la basílica para una oración de devoción a Papa Pío X, decidió quedarse junto a los de setenta fieles presentes”, contó al diario de la Santa Sede, L’Osservatore Romano.

El Papa saludó emocionado a monseñor Bonora, oficial de la secretaría de Estado, fuera de la basílica vaticana, quien había apenas celebrado la misa. “Fue un momento emocionante y conmovedor casi en familia”, dijo el prelado.

Hace cien años, en la noche del 20 al 21 de agosto 1914, pocos días después del inicio de la Primera Guerra Mundial, moría el papa san Pío X. Un Papa que pasó a la historia por su catequismo, apenas siendo un joven capellán, lo escribió para ayudar a los campesinos para inculcarles principios de comportamiento, económicos e higiene doméstica. Buscaba una “renovación de la Iglesia”, promovió las reformas de la vida de fe con la promoción de la enseñanza del catecismo, de la comunión frecuente a los fieles y en temprana edad a los niños.

Asimismo, el santo Pontífice realizó una reforma moral con la selección de obispos-pastores y la promoción de la formación sacerdotal y la mejora de los seminarios. La reforma de las instituciones, con el inicio de la codificación del derecho canónico y la reforma de la Curia romana.

Pío X frustró todos los intentos para iniciar un compromiso entre los católicos y la nueva cultura conformada por ideas liberales, socialistas materialistas que “negaban todo lo que no fuera comprobado por la ciencia moderna. Con la encíclica "Pascendi", de 1907, condenó el “modernismo" y también consideró un error la “separación Iglesia - Estado”.+

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