Un año de Mons. Martín en Rosario: “Pude trabajar con alegría y libertad”

Mons. Eduardo Eliseo Martín, arzobispo de Rosario. ver más
Rosario (Santa Fe) (AICA): El lunes 24 de agosto se cumplió el primer aniversario de la toma de posesión como arzobispo de Rosario de monseñor Eduardo Eliseo Martín. Tras ser intervenido por una complicación coronaria, el prelado dijo sentirse muy bien de salud y reconoció haber trabajado “con alegría y libertad” desde su llegada a la arquidiócesis.
El lunes 24 de agosto se cumplió el primer aniversario de la toma de posesión como arzobispo de Rosario de monseñor Eduardo Eliseo Martín. Tras ser intervenido por una complicación coronaria, el prelado dijo sentirse muy bien de salud y reconoció haber trabajado “con alegría y libertad” desde su llegada a la arquidiócesis.

Ante los micrófonos de FM del Rosario, el prelado se refirió a su estado de salud, la reprogramación de algunas de sus actividades pastorales , la realidad social y las preocupaciones de la Iglesia en torno a las adicciones, la falta de trabajo de los jóvenes y la educación.

¿Qué balance hace de este año frente a la arquidiócesis?
- Ha sido un año que se pasó rápido. Estoy muy agradecido al Señor por este año vivido aquí entre todos los rosarinos y toda la arquidiócesis. Me he sentido siempre llevado en la palma del Señor, porque si bien el desafío es grande, nosotros somos solo colaboradores en su obra, entonces en ese sentido he podido trabajar con mucha alegría, con mucha libertad y con mucho deseo de que podamos todos juntos como Iglesia ser ese instrumento de salvación para que nuestros hermanos se encuentren con Jesús.

¿Cómo se siente de salud, luego de su intervención quirúrgica? ¿Cómo seguirán sus tareas?
- Agradezco a toda la Iglesia por sus oraciones. He experimentado en estos días realmente lo que significa ser Iglesia, ser familia, que frente a una dificultad de salud del Pastor se pone en oración. Así que en ese sentido muy agradecido al Señor y a la oración de todos los fieles. Todo está en las manos de Dios y en Pu providencia, por eso el Señor ha permitido esta situación en mi vida.

Él nos está diciendo algo a todos, pero en un modo particular me lo está diciendo a mí, así que lo primero es reconocer el misterio del amor de Dios detrás de esa circunstancia, un llamado de un Dios que me dice «seguí entregándote pero de un modo distinto».

Los médicos me han aconsejado una actividad más restringida o más moderada, no en la intensidad de la entrega, sino en la cantidad de tareas o compromisos a asumir. Nuestra humana naturaleza es frágil y necesita estar siempre sostenida por la gracia de Dios. Pero quiero rescatar la fe del pueblo de Dios y este sentido de solidaridad espiritual.

¿Hará una reprogramación de sus visitas a las parroquias?
- Sí, ya este fin de semana solo fui a celebrar misa a Casilda, a la parroquia Nuestra Señora de Luján. Las visitas pastorales se van a reprogramar para más adelante, e iré para las fiestas patronales. Pero después veremos si puedo ir restableciendo las visitas, es recomenzar a andar, uno tiene que aprender siempre en la vida y esto es una buena lección del Señor y yo espero ser obediente.

¿Qué ha sido lo más difícil de abordar en su tarea pastoral durante este año?
- No sé si podría decir que he tenido grandes dificultades, más bien creo que es un tiempo en el cual se ha generado un lindo clima de esperanza, de confianza mutua para ir trabajando juntos y poder cada día ser más uno. Ese es el gran desafío que tenemos como Iglesia, es la condición de credibilidad del evangelio, y como obispo mi tarea es procurar ser siempre el signo de unidad.

¿Está pensando en profundizar el trabajo en las villas a través de una pastoral?
- Estamos empeñados en esta tarea. Hay un grupo de sacerdotes que se está comprometiendo y está trabajando en eso. Hemos pedido al padre Pepe Di Paola que nos ayude con su experiencia. Esta semana viajarán un grupo de sacerdotes y religiosas a Buenos Aires para ver la experiencia de allí y con nuestra realidad poner un empeño mayor en este punto. La Iglesia tiene que estar presente de un modo más significativo en estos ambientes.

¿Pensando el trabajo dentro de la villa, siente que la Iglesia tiene un límite?
- Hay una tarea que es propia de la Iglesia, que no es social. Nuestra tarea es religiosa, evangelizadora. Lo que puede hacer la Iglesia solo ella puede hacerlo, otras cosas las pueden hacer otros y es necesario que lo hagan también. Pero la Iglesia tiene algo original, propio y único que es ser el instrumento para que estos hermanos nuestros se encuentren con Jesucristo. Porque si lo promocionáramos socialmente y no le diéramos a Jesús, le estaríamos dando muy poco. Y si respondemos a una necesidad como Iglesia, no lo estamos respondiendo como lo haría o debería hacer el Estado u otros integrantes de la sociedad civil. Lo hacemos desde la fe y desde el Evangelio, y eso es único y propio de la Iglesia, no lo puede dar otro.

¿Se requiere de una preparación importante en los sacerdotes y laicos que están en esta tarea?
- Una iglesia en salida es justamente una Iglesia que se abre hacia el bien de los demás. Nosotros estamos para lanzarnos hacia el encuentro con el otro.

Hace semanas comenzó a circular que la educación laica estaría en riesgo por la derogación de un artículo que garantiza su vigencia en la escuela pública. ¿Cuál es la postura de la Iglesia en este sentido?
- La postura de la Iglesia consiste en que tiene que haber una libertad en la enseñanza y en las escuelas del Estado sería ideal que hubiese una enseñanza de la religión, pero no sólo de la religión católica, sino de la de cada de una o de los que asisten. En Italia, por ejemplo, todas las escuelas públicas tienen la hora de religión. En otros lugares es optativo.

El punto sería entender qué papel ocupa la religión, qué valor tiene y si es una dimensión de la cultura. Ahora, si no lo consideramos así, la religión tendría que salir del espacio. Yo creo que es una lucha que tendrá que ir dándose, que tenemos que ir a un diálogo siempre para poder valorizar, no tener un proyecto hegemónico, de dominación ,pero sí valorizar lo religioso.

¿Sucede que las leyes que reglamentan la vida social de nuestro país están en contra de esto?
- Bueno, a veces las leyes no expresan las costumbres, a veces son leyes que se imponen aún a contrapelo del sentir del pueblo, pero las leyes hay que cumplirlas. Si no se puede dar la religión no se da. Pero hay provincias en donde se da la religión, y evidentemente hubo allí una mayor influencia, una mayor admiración de la fe. Dios quiera que podamos mantener una postura de diálogo que creo que es fundamental entre los diversos y es enriquecedor en esta sociedad plural en la que vivimos.+


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