La escuela visitada por el Santo Padre detuvo sus actividades por unas horas. En su discurso, Francisco destacó que una de las "lindas características" de esta institución es la presencia de alumnos inmigrantes, y reconoció lo difícil que pude resultar la adaptación.
El Papa destacó que, en esta movilización, muchas veces "aparecen personas que nos abren las puertas y nos muestran su ternura, su amistad, su comprensión, y buscan ayudarnos para que no nos sintamos extraños".
¡Qué lindo es poder sentir la escuela como una segunda casa! De esta manera, la escuela se vuelve una gran familia para todos, en donde las madres, padres, abuelos, educadores, maestros y compañeros aprenden a ayudarse, a compartir lo bueno de cada uno, a dar lo mejor, a trabajar en equipo y a perseverar en las metas", dijo Francisco.
Francisco volvió a recordar al pastor Martin Luther King y su famosa frase "Tengo un sueño" (I have a dream). El pontífice celebró que muchos sigan soñando y celebrando "las oportunidades que permiten no perder la esperanza en un mundo mejor, con mayores posibilidades".
"Queridos chicos, ustedes tienen derecho a soñar y me alegra mucho que puedan encontrar en esta escuela, en sus amigos, en sus maestros, ese apoyo necesario para poder hacerlo. Donde hay sueños, donde hay alegría, ahí está siempre Jesús. Porque Jesús es alegría y quiere ayudarnos a que esa alegría permanezca todos los días", sentenció el Papa.
Antes de irse, Francisco dejó una "tarea" a los niños. Les dijo: "Quiero dejarles un homework, ¿puede ser? No se olviden de rezar por mí, para que pueda compartir con muchos la alegría de Jesús. Recemos también para que muchos puedan disfrutar de esta alegría como la que tienen ustedes".+
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