Mons. Castagna: “Es hora de restaurar la amistad cívica”

Mons. Castagna: “Es hora de restaurar la amistad cívica”

Corrientes (AICA): El arzobispo emérito de Corrientes, monseñor Domingo Salvador Castagna, consideró que es “urgente” restaurar la amistad entre los ciudadanos, la llamada “amistad cívica”, al advertir que “el actual panorama social, en tiempos de decisiones políticas, nos hace pensar que tenemos una deuda que saldar antes de elegir a quienes deben gobernarnos”. El prelado lamentó el clima de confrontación de la campaña electoral, y recordó que “la paz y el orden se edifican sobre la verdad y la auténtica reconciliación”.
El arzobispo emérito de Corrientes, monseñor Domingo Salvador Castagna, consideró que es “urgente” restaurar la amistad entre los ciudadanos, la llamada “amistad cívica”, al advertir que “el actual panorama social, en tiempos de decisiones políticas, nos hace pensar que tenemos una deuda que saldar antes de elegir a quienes deben gobernarnos”.

“En las manifestaciones públicas, cierto contrapunto indisciplinado invade el ámbito de la contienda electoral. No he observado que se traten respetuosamente las partes litigantes. La mayoría son cristianos y no consideran oportuno - en su comportamiento práctico - el mandamiento nuevo del amor fraterno”, lamentó en su sugerencia para la homilía dominical.

El prelado consideró que “si se trataran como hermanos no se dirían lo que se dicen. Menos aún implementarían tácticas fraudulentas para lograr un triunfo obtenido mediante la descalificación y la mentira”.

“La paz y el orden se edifican sobre la verdad y la auténtica reconciliación. El papa Francisco acaba de visitar Cuba y Estados Unidos, dos pueblos americanos dolorosamente distanciados, por más de medio siglo, estimulando con su pacífica presencia la reconciliación y la iniciación de una nueva era de amistad”.

Texto de la sugerencia

1.- El poder y la gracia del Redentor. Es característico en Jesús responder a cada inquietud y resolver cada duda de sus discípulos. Al comprobar que otros expulsaban demonios en Nombre de su Maestro, los discípulos intentaban impedirlo. Consideraban que nadie debiera actuar por fuera de ellos. No lo entendió así Jesús: "No se lo impidan, porque nadie puede hacer un milagro en mi Nombre y luego hablar mal de mí. Y el que no está contra nosotros, está con nosotros". (Marcos 9, 39-40). El reconocimiento explícito de su mesianismo hace que su Nombre produzca el efecto deseado. No es un efecto mágico sino la consecuencia de la fe en la misma persona de Cristo. La respuesta del Señor a la objeción puesta por los de su círculo más íntimo sienta un precedente de difícil ejecución, pero, de actualísima significación ecuménica. La Iglesia necesitó muchos siglos para interpretar correctamente este versículo de Marcos y ponerse a dialogar con quienes no han llegado aún a su plena comunión. El Concilio Vaticano II ha abierto las puertas de la Casa familiar para quienes se van aproximando al encuentro cordial y gozoso con el Padre. Es Dios el término atractivo de ese sendero a la unidad. Dios Amor es la Verdad que realiza esa anhelada unidad. Necesitaremos todo el tiempo de la historia para llegar a un acuerdo en la formulación y ejecución de la verdad, pero, podemos ya amarnos con corazón fraterno y, de esa manera, iniciar el camino que nos conduzca a ella.

2.- Nos entendemos cuando nos amamos. San Juan XXIII, el Beato Pablo VI y San Juan Pablo II, han dado un impulso fuerte al ecumenismo, bien fundado teológicamente, con gestos prudentes y efectivos. Excelentes teólogos, como Y Congar op, lo definen como auténtico gesto de comunión "en la caridad". Es en la caridad cuando podemos movernos - con libertad - hacia la comunión plena, no lograda aún o inexplicablemente retardada. La Iglesia no ha hecho otra cosa que volver al Evangelio y, por ello, atenerse al mandamiento nuevo del amor: "Les doy un mandamiento nuevo: ámense los unos a los otros. Así como yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros". (Juan 13, 34). La novedad de ese mandamiento consiste en su procedencia y en su finalidad. Cristo es el modelo y su término es una nueva humanidad, para una historia nueva. El amor es activo y creativo. San Pablo nos ofrece una descripción incomparable de la caridad. La primera Carta a los Corintios dedica, en una síntesis admirable, la doctrina apostólica sobre la esencia motivadora del auténtico comportamiento cristiano. Cuando se llega a la vivencia de la caridad, se cumple toda legislación y Dios se hace manifiesto a quienes se aman de verdad: "Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él. Dios es amor, y el que permanece en el amor permanece en Dios, y Dios permanece en él". (1 Juan 4, 16) Es el mensaje central del Evangelio. Cristo vino para que, encontrados con Dios, nos amáramos mutuamente. El campo de batalla de la sociedad contemporánea indica la distancia enorme que se interpone entre ella y el ideal cristiano. La violencia, hecha guerra, persecución e indiferencia ante el dolor inocente, contradice sin atenuantes la verdad predicada por Jesús, sus discípulos y la Iglesia. Una sociedad dividida, como la nuestra, manifiesta la poca atención que se presta a este mandamiento principal, habida cuenta que ha recibido, en una proporción numérica muy alta, la evangelización y la catequesis de la Iglesia Católica.

3.- Restaurar la amistad cívica. El actual panorama social, en tiempos de decisiones políticas, nos hace pensar que tenemos una deuda que saldar antes de elegir a quienes deben gobernarnos. Me refiero a la urgencia de restaurar la amistad entre los ciudadanos. La llamamos "amistad cívica". En las manifestaciones públicas, cierto contrapunto indisciplinado invade el ámbito de la contienda electoral. No he observado que se traten respetuosamente las partes litigantes. La mayoría son cristianos y no consideran oportuno - en su comportamiento práctico - el mandamiento nuevo del amor fraterno. Si se trataran como hermanos no se dirían lo que se dicen. Menos aún implementarían tácticas fraudulentas para lograr un triunfo obtenido mediante la descalificación y la mentira. La paz y el orden se edifican sobre la verdad y la auténtica reconciliación. El papa Francisco acaba de visitar Cuba y Estados Unidos, dos pueblos americanos dolorosamente distanciados, por más de medio siglo, estimulando con su pacífica presencia la reconciliación y la iniciación de una nueva era de amistad.

4.- Construir un futuro de renovación. Así se construye un futuro de renovación en el que la gracia de la Redención actúa con eficacia. Quizás no a todos llega en su explícita expresión religiosa y sacramental, pero, Dios, que es "todo en todos", desborda las manifestaciones del culto religioso para alentar comportamientos acordes a sus inspiraciones. La fe religiosa garantiza que la gracia del Redentor, Jesucristo, produzca el cambio y la renovación que la humanidad anhela. Dios, que todo lo puede para bien de todos, crea sus caminos de encuentro con sus hijos, más allá de los signos visibles, por Él mismo seleccionados, de tal modo que a nadie se niegue la posibilidad de optar libremente por su amistad paternal. Nadie se salva o se condena contra su voluntad, o sin empeñar deliberadamente el precioso e invalorable don de su libertad.+

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