El texto, redactado por la Mesa de Diálogo, incluye sugerencias para los que gobiernan el municipio de Avellaneda.
Mónica Litza, ex senadora de la provincia de Buenos Aires, dijo que “una de las propuestas que tenemos para Avellaneda es el de las fiscalías especializadas, porque la droga abarca toda la persona humana, tanto espiritual como física, por eso necesitamos una justicia que esté capacitada, entrenada, para tratar esa problemática en ambos aspectos”.
“No solamente combatir el delito sino también cuidar al adicto. Por eso un planteo del documento tiene que ver con el cuidado y con el pedido tanto al gobierno municipal, como al provincial, que multipliquen la capacidad de respuesta por parte del Estado para poder llegar a la cantidad enorme de gente afectada por las drogas”, agregó.
El juez Luis Carzoglio sostuvo que “hay una comunidad preocupada que quiere decir presente. Hay que exigir a aquellos que nos gobiernan que la comunidad, aparte de votar cada dos años, está presente y atenta a transmitirle los problemas que se suscitan en ellos, aportar soluciones y estar dispuestos a aportar lo mejor de cada uno. Esta preocupación no es por nosotros, es por los que nos siguen”.
“Tenemos hijos, nietos y -de la forma en que están haciendo las cosas- vemos que el futuro no es promisorio sabemos que este pueblo tiene un gran potencial, somos un pueblo único, como dijo alguna vez el padre (Jorge) Bergoglio: ‘tenemos vocación de grandeza’ y es verdad; falta que surjan los conductores. Aparte de tener los mejores científicos, los mejores deportistas, al Papa, tenemos también los mejores políticos, una clase dirigente capacitada, pero parece que por el momento está confundida”, recordó.
Finalmente, monseñor Frassia aseguró que “este encuentro es un signo de madurez, ya que pasamos de habitantes a ciudadanos y nos ayuda a mejorar nuestra calidad de participación, de pertenencia, de relación con los demás” y pidió “involucrarse todos, porque todos tenemos una cierta responsabilidad y los que conducen, los que gobiernan, son más responsables porque han recibido la responsabilidad del ciudadano y tienen que ejercerla responsablemente”.
“Nosotros no tenemos poder de decisión, de ejecución de cosas o de conducción externa, pero sí tenemos la obligación de hacernos oír, de ver lo que pasa -que muchas veces no salen en los diarios- y denunciar porque son temas que asustan y lo ocultan; por ejemplo los suicidios”, aseveró.
El prelado precisó que “en Villa Tranquila se suicidaron más de quince jóvenes en un año y uno no puede estar mirando para otro lado. Eso no se sabe, no se dice, no se publica”.
“El deterioro es muy grande y no podemos caer en la simpleza o en la tontería de algunos que dicen ‘no, es un problema de prensa amarilla que provocan cierta inestabilidad’, ¡de ninguna manera!, ¡no tiene verdad! Y nosotros lo que queremos es la verdad”.+
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