Mons. Frassia: “Hay que pedir con fe para ser sanados”

Mons. Frassia: “Hay que pedir con fe para ser sanados”

Mons. Rubén Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús. ver más

Avellaneda (Buenos Aires) (AICA): El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Frassia, animó a pedir con fe a Jesús para que cada uno sea capaz de reconocer sus dolencias y ser sanados por el Señor para ser enviados también a hacer el bien a otros. El prelado hizo esta invitación al comentar el evangelio dominical, en el que Jesús sana a un ciego.

El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Frassia, animó a pedir con fe a Jesús para que cada uno sea capaz de reconocer sus dolencias y ser sanados por el Señor para ser enviados también a hacer el bien a otros. El prelado hizo esta invitación al comentar el evangelio dominical, en el que Jesús sana a un ciego.

Monseñor Frassia observó que uno de los atributos principales del Señor es la misericordia, que busca sanar al hombre, devolviéndole la salud. “En este caso es un ciego de nacimiento, un pobre, un discapacitado, de quien Jesús escucha su clamor que le pide con fe «Jesús, Hijo de David, ¡ten piedad de mí!», y dos veces le gritó muy fuerte”, comentó el prelado.

“Es importante darnos cuenta que lo primero que pide o exige Jesús es la confianza, la fe; y que uno se abra ante Él para presentarle aquello que le pide o necesite y Dios lo concede”, subrayó el prelado. “Dios lo concede cuando se lo pedimos con fe. Debemos saber que, si muchas veces eso que pedimos no lo concede, Dios nos escucha igual, nos transforma, nos cambia”, insistió.

Monseñor Frassia trajo al recuerdo una situación vivida tiempo atrás: “Recuerdo una mujer que tenía su hijo muerto. Fue a la Iglesia a rezar desconsoladamente, y como a la hora y media volvió al lugar donde estaba velándolo. El hijo seguía muerto, pero ella tenía consuelo y paz, porque había aceptado lo que Dios le había pedido, la vida de su hijo. A veces, Dios no cambia las cosas materialmente, pero sí las cambia espiritualmente”.

“Tengamos presente que la mayoría de nosotros vemos. Eso es un regalo, un don. Pero muchas veces creemos que vemos, pero no lo hacemos, nada porque somos egoístas, orgullosos o estamos tapados por un corazón frío”, advirtió.

El obispo concluyó su comentario invitando a vivir un encuentro con el Dios vivo, que transforma, potencia, levanta, cambia y envía para que mirar bien, hacer el bien y vivir “en la luz radiante del día, bajo el amparo luminoso del sol”.

“Que nosotros también, sanados, cumplamos con nuestra misión. Que podamos ver, como Bartimeo, el mendigo ciego”, deseó el prelado.+

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