El sacerdote afirmó que en Aleppo, la segunda ciudad siria, la situación se asemeja bastante al "apocalipsis".
"La tercera guerra mundial es una realidad cotidiana, la Iglesia avanzó en el campo humanitario porque nuestra respuesta hoy nunca debe ser la de las armas", sostuvo.
"En Aleppo la tregua frágil terminó el sábado pasado y ya 20 misiles cayeron en la zona oeste desde entonces. Se corre el riesgo de que la situación se precipite de hora en hora con una escalada de ataques entre ambas partes", aseveró en declaraciones que consigna la agencia ANSA.
"Pagan las consecuencias los civiles inocentes. Tantos son reducidos a vivir entre los escombros de sus propias casas destruidas o en la calle", indicó y agregó: "Un paquete de alimentos con un kilo de queso es racionado y hecho durar por una familia hasta un mes. Los médicos más instruidos huyeron, las curas sanitarias son inaccesibles”.
El padre Alsabagh precisó que “desde tres años estamos sin luz, a menudo por semanas sin agua. Las familias debajo del umbral de pobreza llegaron al impresionante 92%. Se mandan los hijos a la escuela y no se sabe si regresarán".
"Los niños en Aleppo hablan de misiles y de balas como si hablaran de juguetes, dos niños de cinco cada cinco manifiestan enfermedades en la piel a causa de los traumas provocados por los bombardeos, muchos no duermen de noche y no comen ni carne, ni queso, sufren desnutrición", detalló.+
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