Falleció Beatriz Abadía, fundadora del Instituto Cristífero

Azul (Buenos Aires) (AICA): “Betty Abadía, fundadora del Instituto Secular Cristífero, en el día de ayer, viernes 28 de octubre de 2016, pasó a vivir la Pascua que no tiene fin. Desde el cielo, pedimos a nuestra querida Betty interceda por nuestro Instituto y por toda la vida consagrada secular. Damos gracias por su vida entregada a esta vocación”. De esta manera el Instituto Cristífero comunicó el fallecimiento de su fundadora, Beatriz Abadía. Sus restos fueron velados en el Instituto Cristífero y previa misa exequial serán inhumados hoy, lunes 31.
“Betty Abadía, fundadora del Instituto Secular Cristífero, en el día de ayer, viernes 28 de octubre de 2016, pasó a vivir la Pascua que no tiene fin. Desde el cielo, pedimos a nuestra querida Betty interceda por nuestro Instituto y por toda la vida consagrada secular. Damos gracias por su vida entregada a esta vocación”.

De esta manera el Instituto Cristífero comunicó el fallecimiento de su fundadora, Beatriz Abadía.

Sus restos mortales fueron velados en el Instituto Cristífero y previa misa exequial serán inhumados hoy, lunes 31.

Su personalidad y trayectoria
Esperanza Beatriz Abadía nació en 25 de Mayo, provincia de Buenos Aires, en noviembre de 1930. Realizó sus estudios en su ciudad natal y allí también se desempeñó primero como docente y luego como asistente social en un Centro Materno Infantil.

En su parroquia Nuestra Señora del Rosario integró la Asociación de Jóvenes de la Acción Católica (AJAC), en la que en 1950 se desempeñó como delegada de Aspirantas y en 1952 fue elegida presidenta.

Ese mismo año, movida por el deseo de entregarse por completo al Señor, habló con el entonces presbítero Miguel Esteban Hesayne, vicario cooperador de la mencionada parroquia, para que la guiara en la elección que debía hacer. Su deseo era permanecer en el mundo, en su familia y lugar. Dado que los institutos seculares no se conocían, la opción tomada fue ingresar en una congregación religiosa cuyos miembros vivían en pequeños grupos.

Luego de unos meses, comprendiendo que ese no era su lugar, regresó a su hogar. Dialogando nuevamente con el padre Hesayne, éste recordó algo que había escuchado cuando era seminarista sobre Institutos Seculares. Allí comenzaron a buscar material. El padre Hesayne le preguntó entonces si se animaba a comenzar con una experiencia, Beatriz respondió que sí, siempre y cuando él la fuese guiando. Cosa que el padre Hesayne aceptó y hoy sigue acompañando no solo a Beatriz Abadía, sino a todos los miembros del Instituto Cristífero, por lo que se lo señala como co-fundador del Instituto.

Con muchas dificultades comenzaron a avanzar y se fueron uniendo algunas otras. En 1959 Beatriz hizo sus primeros votos en su parroquia de 25 de Mayo.

En 1959 el presbítero Hesayne fue nombrado párroco de la catedral de Azul y Beatriz, con otra joven que había ingresado, se trasladaron a Azul.

En 1960 monseñor Manuel Marengo, entonces obispo de Azul, la envió a Chile a realizar un Curso del ISCLA (Instituto Catequístico Latino Americano), que se abrió ese año en la Universidad Católica de Chile. A su regreso el obispo le pidió que organizara y dirigiera la catequesis diocesana y también la de la catedral. Tarea que la llevó a recorrer toda la diócesis.

En 1962 organizó y dirigió un Curso de Teología para Laicos de tres años de duración.

Durante unos años trabajó con un grupo de miembros de varios institutos seculares y en 1979 fundaron la Junta Nacional de Institutos Seculares en la Argentina (JISA), de la que fue elegida presidenta por dos períodos consecutivos.

Durante todo ese período, como en los siguientes, siguió profundizando en el carisma de los institutos seculares y lo que esto suponía para la vida.

Acompañó en la formación a todas las que iban ingresando. Esta tarea la desarrollaba a través de la organización y coordinación de encuentros con y entre todos los miembros del Instituto, en largos diálogos personales, en material enviado periódicamente, en las visitas a los distintos lugares en que iban surgiendo candidatas y miembros del Instituto.

Habiendo ya varias cristíferas preparadas, se estableció un Consejo Ejecutivo. Poco después pensó en renunciar a su cargo de responsable general, pero el cardenal Eduardo Pironio, entonces prefecto de la Congregación para la Vida Consagrada, a quien consultó, le sugirió esperar un poco. Pasados algunos años, en 1985, consultado de nuevo sobre el tema, el cardenal Pironio le sugirió que la asamblea elija su responsable, pero que ella permanezca en la lista de candidatas, que si el Instituto estaba maduro elegirían a otra. Cosa que ocurrió en febrero de 1986.

Beatriz Abadía siguió acompañando a la nueva responsable general y al Consejo Ejecutivo, cuidando fundamentalmente que se atendiera y profundizara siempre la vivencia del carisma.

En 1982 con la colaboración de la responsable general y del Consejo Ejecutivo se comenzó con un grupo de mujeres como miembros adherentes del instituto. En 1992 comenzó con otro grupo, éste de matrimonios. A ambos grupos hoy los seguía acompañando y guiando en la vivencia del carisma.

En 1994, aquejada de una complicada enfermedad, Lupus eritematoso sistémico, debió permanecer varios años alejada de toda actividad, pero a medida que se fue reponiendo la fue retomando.

Hasta sus últimos días se dedicó a elaborar y enviar material sobre consagración secular, votos, carisma, y también a exponer sobre dichos temas en los encuentros que se realizan con los miembros del Instituto Cristífero.+ (Jorge Pérez)

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