“Lo que hace daño es el aislamiento, no el compartir”, dijo Francisco en videomensaje

“Lo que hace daño es el aislamiento, no el compartir”, dijo Francisco en videomensaje

Ciudad del Vaticano (AICA): El papa Francisco envió en la tarde de este jueves, 24 de noviembre, un videomensaje al VI Festival de la Doctrina Social de la Iglesia, que se está celebrando en la ciudad italiana de Verona del 24 al 27 de noviembre y que lleva por tema “En medio de la gente”. El pontífice señaló en su mensaje que “nuestra humanidad se enriquece si estamos con los demás”, mientras advirtió que “lo que hace daño es el aislamiento, no el compartir”.
El papa Francisco envió en la tarde de este jueves, 24 de noviembre, un videomensaje al VI Festival de la Doctrina Social de la Iglesia, que se está celebrando en la ciudad italiana de Verona del 24 al 27 de noviembre y que lleva por tema “En medio de la gente”. El pontífice señaló en su mensaje que “nuestra humanidad se enriquece si estamos con los demás”, mientras advirtió que “lo que hace daño es el aislamiento, no el compartir”.

El Santo Padre advirtió del peligro que significa separar al pueblo de los que mandan, y explicó que “cuando se toman decisiones basadas en el poder y no en el compartir, cuando el que manda es más importante que el pueblo y las decisiones las toman unos pocos, ya sean anónimas o dictadas por emergencias -verdaderas o presuntas-, la armonía social se ve amenazada y las consecuencias son graves para las personas”, señaló Fancisco y añadió: aumenta la pobreza, peligra la paz, manda el dinero y la gente está mal. Por lo tanto, “estar en medio de la gente no solamente hace bien a la vida del individuo, sino que es un bien para todo el mundo”.

El aislamiento “es caldo de cultivo para el miedo y la desconfianza” e “impide disfrutar de la fraternidad”, advirtió el Papa.

El pontífice indicó que “la capacidad de hacerse daño no es propia del encuentro, sino del cierre y del rechazo”, por lo tanto añadió: “es necesario que nos digamos que se corren más riesgos cuando nos aislamos que cuando nos abrimos a los demás”. En esta misma línea, el Pontífice aseguró que “cuando nos ocupamos de los demás”, “nos complicamos menos la vida que cuando estamos centrados solamente en nosotros mismos”.

Más adelante insistió en que estar en medio de la gente “no significa solamente ser abiertos y encontrar a los demás”, sino además “dejarse encontrar”.

Somos nosotros los que necesitamos que “nos miren”, “nos llamen”, “nos toquen”, “nos interpelen”, somos nosotros “los que necesitamos a los demás para poder participar en todo lo que solamente los demás nos pueden dar”.

La relación –señaló– exige este intercambio entre las personas; la experiencia nos dice que, por lo general, recibimos más de los demás que lo que podemos dar.

De este modo, subrayó que “hay una verdadera riqueza humana entre nuestra gente”. Son innumerables, dijo el pontífice, las historias de solidaridad, de ayuda, de apoyo, vividas en nuestras familias y en nuestras comunidades.

En el videomensaje el pontífice contó una historia que le contaron recientemente, sobre una chica que murió a los 19 años. “El dolor fue inmenso, muchísimos asistieron al funeral. Lo que sorprendió a todos no fue solo la ausencia de la desesperación, sino la percepción de una cierta serenidad”, relató Francisco. “Las personas, después del funeral, se decían unas a otras con asombro que habían salido de la celebración como liberadas de un peso”.

“La madre de la joven dijo: “He recibido la gracia de la serenidad”. La vida cotidiana –indica el Santo Padre– está entretejida con estos hechos que marcan nuestra existencia: nunca pierden eficacia aunque no pasen a ser titulares de los diarios. Sucede así: “sin discursos ni explicaciones se entiende lo que en la vida vale o no la pena”.

Estar en medio de la gente, señaló el Papa, significa también darse cuenta de que cada uno de nosotros es parte de un pueblo. Por eso, señaló que cuando vemos el conjunto, “nuestra mirada se enriquece y resulta evidente que los papeles que desempeña cada uno dentro de la dinámica social nunca pueden ser aislados o absolutos”.

“Estar en medio de la gente pone de manifiesto la pluralidad de colores, culturas, razas y religiones. “La gente nos enseña la riqueza y la belleza de la diversidad”, concluyó el Santo Padre.

Por invitó a seguir el ejemplo de María, “si la miramos podremos recorrer todos los senderos de lo humano sin miedo y sin prejuicios”, con Ella, “podremos llegar a ser capaces de no excluir a nadie”.+

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