Dos sacerdotes alemanes de Schoenstatt en la Patagonia

Dos miembros de la Federación de Sacerdotes Diocesanos del Movimiento Apostólico de Schoenstatt, visitaron Chile y la Argentina. Entre las misiones emprendidas por los padres Egon Zillekens y Benno Riether, se encuentra la visita, en principio a Chile, donde hicieron su consagración perpetua en la Federación de Sacerdotes de Schoenstatt, siete miembros de ese país. Por esa razón ambos, representando a la Dirección Internacional, viajaron a Santiago para esa ceremonia.

De esta manera se realiza, en caso de que en algunos lugares del mundo no se haya constituido aún, una región autónoma de dicha comunidad. Ahora Chile es Pro–Región y se encamina a la autonomía regional.

Allí se inició el primer curso de la Federación de Sacerdotes de Schoenstatt al que asistieron la superiora provincial de las Hermanas de María en Chile; la directora de la asistencia dinámica, Hermana de María responsable de la Campaña de la Virgen Peregrina; la superiora del Instituto Nuestra Señora de Schoenstatt; el director del Movimiento en Chile, padre Mariano Irureta; y el padre José Luis Correa, Pilar y Luis Jensen, del Instituto de Familias de Schoenstatt, además de un representante de la Liga de Sacerdotes, juntamente con sacerdotes de la Federación de la Argentina, de Cuba, del Perú y de Alemania.

El padre Zillekens, al igual que el padre Riether, viaja por todo el mundo e incluso fue párroco varios años en Ecuador. También había visitado la Argentina en otras oportunidades. Conoció profundamente la arquidiócesis de Bahía Blanca. Años después, en jornadas muy activas, se encontró con numerosos fieles en Florencio Varela, Ingeniero White, donde la vida de esa comunidad llamó su atención positivamente. También conoció Pedro Luro, Médanos, Punta Alta y Monte Hermoso.

Conociendo el Santuario más austral
En enero, durante la visita a Chile, los padres Zillekens y Riether viajaron de Santiago a Balmaceda y de allí a Coyhaique. La travesía continuó por Perito Moreno, Cueva de las Manos y Pico Truncado (Santa Cruz) donde se encontraron con dos miembros regionales del Movimiento (padres Raúl Domínguez y Diego Quiroga) que los acompañaron a Comodoro Rivadavia donde se erigió el Santuario a la Virgen de Schoenstatt más austral del mundo. Ambos sacerdotes, que no conocían la Patagonia, celebraron una misa en Comodoro Rivadavia acompañados por el padre Alejandro Blanco (miembro de la Dirección Internacional de la Federación). En dicha Eucaristía estuvo presente una imagen de la Virgen Peregrina del santuario original.

Este santuario fue bendecido el 30 de octubre de 1993. Allí nació la “Corriente de vida de los madrugadores”, un grupo de varones que, sábado por medio, se reúnen a rezar Laudes en capillas, iglesias, santuarios, ermitas y diversos sitios de oración en todo el mundo. Al cumplirse en 2018 los 25 años de la bendición del Santuario, se analiza la posibilidad de realizar un encuentro internacional en Comodoro Rivadavia.

Durante la permanencia de los sacerdotes alemanes en ese santuario, les llamó la atención, sobre todo al padre Zillekens, la corona colocada sobre la imagen central. Es una corona imperial con el emblemático Cerro Chenque, símbolo de la familia de Comodoro Rivadavia, la Cruz del Sur y la ermita como peldaño del santuario y el lema: “Sean mis testigos hasta los confines de la tierra”.

Tanto la Corona como la imagen tienen historias singulares. Por un lado, la imagen que se encuentra en el cuadro central, fue obsequiada por el padre Alex Menningen, discípulo entrañable del fundador del Movimiento, Padre Kentenich, al recibir en Schoenstatt a Roberto Horat en ocasión del centenario del Padre Kentenich.

Horat, propulsor incansable del Movimiento en Comodoro Rivadavia, recibió la lámina con la imagen de la Mater para el futuro Santuario, sobre la que escribió de puño y letra nombrando al Santuario, que aún no existía, como “Santuario del Mar y de la Paz”. La lámina peregrinó a Roma, donde fue bendecida por Juan Pablo II, también fue a Tierra Santa, y nuevamente en Roma el papa Wojtyla la besó.

La lámina fue enmarcada y durante años la imagen permaneció en casas de familias schoenstatianas de Comodoro Rivadavia pues no se había construido aún el santuario. El entonces obispo de Comodoro Rivadavia, monseñor Argimiro Daniel Moure SDB, expresó que de ser conquistada la corona, la Madre tendría su santuario. La coronación se produjo el 11 de diciembre de 1987. Monseñor Moure la coronó pontificalmente en la catedral San Juan Bosco de Comodoro Rivadavia y dijo guardar siempre ese momento como un recuerdo entrañable en su corazón.

La corona tiene el símbolo de la fundación del Santuario en Comodoro Rivadavia, el lema mencionado y detrás de la corona están las iniciales de las primeras personas que entregaron su vida por la obra de Schoenstatt en la ciudad chubutense: Zilda Villabeitía, Concepción Vda. de Arredondo, Rossana Nikitchuk, Elena Nikitchuk de Reinoso, Carmen Sáez y María Marinovic. Otra particularidad de la corona, es que tiene un símbolo significativo: está unida a la corona imperial de María en Fátima y en Guadalupe, de tal manera que monseñor Moure la coronó como “Reina del Santuario del Mar y de la Paz”.

Maravillados por la amplia costa chubutense, los sacerdotes alemanes regresaron a la provincia de Santa Cruz, para visitar la Bahía San Julián, donde en 1520 la expedición de Magallanes celebró por primera vez misa en Sudamérica.

El padre Egon Zillekens vive en Vallendar, Schoenstatt, es rector de la Casa Marienau, de la Federación de Sacerdotes de Schoenbstatt, y miembro de la Presidencia Internacional de la Obra de Schoenstatt.

La Familia de Schoenstatt está organizada en diversos tipos de comunidades, de acuerdo con la forma y grado de compromiso apostólico, comunitario y de formación de sus miembros. Sus tipos fundamentales son los Institutos Seculares, las Federaciones apostólicas, las Ligas Apostólicas diocesanas y el Movimiento popular y de peregrinos. Aunque todos los santuarios son réplica del original, todas las comunidades tienen una organización que se encuentra a disposición de la Iglesia local en los lugares donde esté presente.

El Santuario de Comodoro Rivadavia, que sufrió numerosos actos vandálicos, destrucción, incendio, profanación y cuya infraestructura no está finalizada es, también, emblema de la ciudad petrolera. (Marina Pérez Botel).+

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