Intensa búsqueda de la religiosa colombiana secuestrada

Guala, un grupo especial antisecuestro de la policía nacional de Colombia, fue enviado a Mali para ayudar a las autoridades locales a encontrar a la hermana Gloria Cecilia Narváez Argoti, religiosa de la Congregación de las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada, secuestrada en Karangasso en el sur de Mali.

El grupo Guala está especializado en la búsqueda de personas secuestradas y dispone de competencias técnicas y de inteligencia. Los agentes colombianos trabajarán junto con sus homólogos de Mali y los de al menos un país europeo que ya están realizando investigaciones sobre la religiosa.

Los secuestradores de la hermana Cecilia afirmaron ser yihadistas, pero por ahora no se tiene una conformación cierta sobre el motivo del secuestro.

La religiosa colombiana fue secuestrada en la tarde del 7 de febrero, alrededor de las 21, cuando un grupo de hombres armados irrumpieron en la parroquia de Karangasso en Koutiala, secuestraron a la hermana y huyeron con el automóvil de la parroquia.

“No sabemos quiénes la secuestraron. La Guardia Civil y la policía están investigando. Los obispos también se están moviendo para obtener información en la zona”, dijo el padre Edmond Dembele, secretario general de la Conferencia Episcopal de Mali. “La zona donde fue secuestrada la religiosa es tranquila y esto es lo que sorprende. Esa zona del país todavía no había sido tocada por la inseguridad que azota otras zonas de Mali”, dijo el sacerdote.

El secuestro narrado por una religiosa de la comunidad
Soy la hermana Clara Natalia Vera Espinosa. Tengo 37 años. Soy de Río Negro (Antioquia, Colombia) y desde hace 2 años que profesé, trabajo en Mali junto con la hermana Gloria Cecilia que fue secuestrada el 7 de febrero. Juntas atendemos a casi 400 mujeres a las que les enseñamos a coser y las alfabetizamos.

Siendo aproximadamente las 21.30 estábamos reunidas en la sala de recreo las hermanas Gloria Cecilia, Sofía y yo. La hermana Adelaida se encontraba en la capilla.

En estos momentos sentimos los perros ladrar en el corredor, yo salí para ver lo que ocurría. Aparecieron 4 hombres, tez negra, vestidos de civil. Tres de ellos eran jóvenes y llevaban armas de fuego. El cuarto, un poco mayor, de unos cincuenta años, armado con un machete. Este último es el que iba adelante. Los perros quisieron atacarlo pero él se defendió utilizando el machete intentando matar uno de los perros. Yo grité 'por favor, no nos hagan nada'.

Las hermanas Gloria Cecilia y Sofía salieron corriendo para esconderse. La hermana Sofía salió en dirección a su cuarto y la hermana Gloria Cecilia corrió hacia la cocina.

Los hombres me hicieron entrar de nuevo en la sala y me ordenaron que me sentara. En esos momentos escuché que golpeaban fuertemente una puerta. Luego me enteré que la hermana Sofía logró encerrarse en su cuarto con llave. Mientras los hombres golpeaban con violencia su puerta, ella se refugiaba debajo de la cama haciendo llamadas de auxilio, según me contó luego.

Poco después oigo el grito de la hermanas Gloria Cecilia. Los hombres logaron detenerla y la obligaron a regresar a la sala, donde se sentó y suplicó que no nos hicieran nada, que teníamos niños huérfanos al cuidado, que éramos misioneras, que no éramos europeas sino colombianas, que no teníamos dinero.

Fue entonces cuando nos dijeron que eran yihadistas, aunque según nos dicen del obispado hasta ahora nadie reivindicó el secuestro.

En ese momento, el hombre que nos dijo que eran yihadistas nos deja al cargo de los otros que están armados y se dirige a las habitaciones. Escuché fuertes golpes. La hermana Sofía me contó después que estaban golpeando su puerta. Gracias a Dios que no pudo derribarla, así que el hombre regresó a la sala y se llevó las cuatro computadores que teníamos.

Luego comenzó el siguiente ‘diálogo’ entre él y la hermana Gloria Cecilia:

-Las dos o al menos una de ustedes se viene conmigo
-Yo. Soy la más mayor.

-¿Y quién es la jefa o la responsable?
-Yo

-¿Cuánto pagaría usted por ella?
Se refería a mí. La hermana Gloria Cecilia no respondió…

Tras un tenso silencio el hombre ordenó a uno de los otros armados que acompañaran a la hermana Gloria Cecilia a traer su pasaporte y les indicó cómo debían sujetarla.

La hermana Gloria Cecilia vino con su cartera en la mano.

-Dame el dinero
-Sólo tengo el que está en la cartera (30.000 francos cefas)

-¿Y dónde está la caja fuerte?
-No tenemos dinero

Después el mismo hombre me ordenó ir a buscar mi pasaporte. Voy a mi habitación acompañada de un hombre armado, tomo la cartera con mis documentos (pasaporte, cédula de ciudadanía colombiana, carnet de vacunación, etc) y regreso a la sala.

Tras quitarme mis papeles me llevan a otra habitación y me dejan vigilada por uno de los hombres armado. Desde la otra habitación escucho que el hombre le pide las llaves del auto a la hermana Gloria Cecilia. Luego escuché que salía el coche del garaje. Entonces viene el hombre que había estado dando órdenes y me dice que debo permanecer en ese cuarto por lo menos tres horas. Me encierran con llave.

Desde el cuarto siento un gran golpe como si hubieran tumbado la puerta de la entrada de la casa, luego unos gritos, pero no entiendo qué dicen. Finalmente oí un tiro, que también lo escuchó la hermana Adelaida, según me contó después.

Cuando se fueron logré salir de mi cuarto. Escuché que la hermana Sofía hablaba por teléfono. Tras varios intentos y con ayuda de un amigo, logramos abrir la puerta de Sofía. Poco después llegó la hermana Adelaida y logramos reunirnos las tres. Pero ya no estaba la hermana Gloria Cecilia.

El obispo nos reubicó porque teme que los hombres vuelvan a la casa. De momento, todas las actividades están paradas: el orfanato, la atención a las madres…

Después nos enteramos que los hombres abandonaron nuestra ambulancia relativamente cerca de las casas donde habían dejado sus motos.

Algunas informaciones dicen que pasaron a Burkina Faso, otras que las autoridades locales habrían detenido a dos sospechosos, pero de momento no sabemos nada. ¡Nada!

Los secuestradores nos dijeron que la devolverían en dos días, pero ya pasaron 18 y no sabemos nada de nuestra hermana Gloria Cecilia.

Las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada están en Mali desde 1996. Su labor es conocida y reconocida por las autoridades locales. No es extraño, pues atienden a húerfanos desde recién nacidos a los 2 años y ayudan a unas 400 mujeres en talleres de costura y alfabetismo.

La superiora, hermana Norma Quesada, dice que la hermana Gloria Cecilia “es una mujer muy entregada, una educadora que sabe ver cuáles son las necesidades de las personas".+

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