El modo de rezar de Jesús atraía la atención de sus discípulos y un día le pidieron que les mostrase cómo hacerlo. Él les enseñó el Padrenuestro, la oración cristiana por excelencia, destacó ante los miles de peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro.
El pontífice destacó que en la sencilla invocación 'Padre' se resume todo el misterio de nuestra oración".
Con Jesús podemos llamar a Dios: 'Abba', un término que muestra confianza y cercanía, y que podríamos traducir por 'papá', explicó.
Dios es nuestro 'papá', y llamarle así nos pone en estrecha relación con Él, como un niño que se siente amado y protegido por su padre, agregó.
Francisco puntualizó que "Jesús en la parábola del padre misericordioso nos presenta a Dios como un Padre bueno. No actúa al modo humano, sino a la manera divina, «amando» de forma diferente.
Cuando el hijo pródigo vuelve a casa, después de haber derrochado todos sus bienes, el padre sale a recibirlo y no le aplica criterios de justicia humana, sino que lo perdona y lo abraza, mostrándole cuánto ha sentido su ausencia.
Este es el misterio insondable de Dios que no puede dejar de amar a sus hijos. Esta certeza es la base de nuestra esperanza, sostuvo.
Francisco saludó luego a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica, a quienes exhortó a dirigirse a Dios, nuestro Padre, en todo momento y circunstancia. No nos encerremos en nosotros mismos, sino que acudamos con confianza a él, que como Padre bueno nos mira con amor y nunca nos abandona.+
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