Posadas: La asamblea diocesana, con la mirada en las familias

Posadas (Misiones) (AICA): Con el lema “Con Misericordia acompañemos a la Familia”, la diócesis de Posadas celebró el 20 de junio una nueva edición de la Asamblea Diocesana, que tuvo lugar en las instalaciones del Instituto Superior Antonio Ruiz de Montoya y se centró en el análisis, estudio y comprensión de la exhortación apostólica Amoris laetitia, del papa Francisco.
Representantes de las parroquias, movimientos y áreas pastorales de la diócesis de Posadas se dieron cita ayer, 20 de junio, en el Instituto Superior Antonio Ruiz de Montoya, para participar de la Asamblea Diocesana, que tuvo por objetivo el análisis, estudio y comprensión de la exhortación apostólica Amoris laetitia.

Con el lema “Con Misericordia, acompañemos a la Familia”, la Asamblea se centró en la necesidad de ahondar en la comunión y en la creación de una pastoral orgánica, en el marco del aniversario número 60 de la diócesis.

Los objetivos específicos de la asamblea fueron: Promover el conocimiento y análisis de la exhortación apostólica, iluminar desde la reflexión teológica los fundamentos del documento, compartir criterios y opciones para la consolidación de acciones vinculadas con la pastoral familiar, reflexionar sobre la necesidad de enriquecer las acciones pastorales existentes en cada parroquia con relación a la pastoral familiar y motivar el cambio de actitud pastoral para “acompañar, discernir e integrar la fragilidad” en el matrimonio y la familia.

Por la mañana, el obispo de Posadas, monseñor Juan Rubén Martínez, profundizó sobre el contenido de la exhortación sobre el amor en la familia. El prelado explicó cada uno de los capítulos de Amoris laetitia y aplicó el contenido a realidades concretas de la diócesis.

El prelado se refirió a la labor evangelizadora y señaló que “siempre será evangelizador cuando se haga este anuncio desde el amor y la ternura, partiendo desde el amor más profundo, que es el amor de Dios”. Monseñor Martínez destacó el papel de la familia como base misma de la sociedad y como un sacramento maravilloso, siempre y cuando se parta de amor. Ese amor cotidiano, que se gesta en el día a día y al que estamos llamados como familia.

Hoy vivimos un amor descartable, reclamó el obispo, y recalcó que por eso nosotros mostramos otro tipo de amor, “el verdadero”, el que “es comprensivo y servicial. El amor no tiene envidias”, dijo, y agregó que Dios nos da el don del amor “para la evangelización, no para la autocomplacencia”.

En referencia a la Pastoral Familiar, reconoció la necesidad de formarse y organizarse “para contener a los que sufren en los contextos familiares, y ayudar desde el amor. Es necesario que tengamos gente que sepa escuchar, discernir e integrar”, concluyó.

Luego de la iluminación ofrecida por el prelado, los participantes trabajaron en talleres sobre la base de cinco preguntas acerca de cómo vive cada parroquia el área de pastoral familiar y cómo se puede modificar en base a nuevos lineamientos.

La siguiente actividad estuvo a cargo de la Comisión Judicial que está a cargo de los casos de nulidad matrimonial. Explicaron los casos particulares y cómo se puede acceder al proceso de nulidad. En la diócesis ya se trabajó sobre dos casos, uno que ya obtuvo la nulidad y otro que se encuentra pronto a la sentencia final.

La misa de cierre fue presidida por monseñor Juan Rubén Martínez, acompañado por los sacerdotes que estaban presentes en la asamblea, y la homilía estuvo a cargo del asesor que acompaña al secretariado para la familia.+

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