Corpus: Los obispos pidieron a defender el derecho a la vida desde la concepción

Corpus: Los obispos pidieron a defender el derecho a la vida desde la concepción

Los obispos argentinos presidieron celebraciones en las diócesis del país para conmemorar la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, en la que reflexionaron sobre la centralidad de la Eucaristía y, en medio del debate por el aborto, pidieron a los legisladores defender el derecho a la vida desde la concepción.

Conferencia Episcopal Argentina: “Señor Jesús, Que con fidelidad visitas y colmas con tu Presencia Eucarística: Aviva en nosotros el respeto por la vida humana naciente, haz que veamos en el fruto del seno materno la admirable obra del Creador; abre nuestro corazón a la generosa acogida de cada niño que se asoma a la vida. Acompaña con la luz de tu Espíritu las decisiones de las asambleas legislativas, a fin de que los pueblos y las naciones reconozcan y respeten el carácter sagrado de la vida, de toda vida humana”.

Card. Mario Aurelio Poli (Buenos Aires y vicepresidente de la CEA): “Señor te necesitamos en esta hora de la Patria para que infundas en nuestros legisladores la luz necesaria para que apuesten siempre a los derechos de los que no tienen voz, pero que viven y son personas desde el primer momento de la concepción. Ellos son los más vulnerados hoy, pero también queremos la vida de sus madres que ante la encrucijada de una falsa opción siempre nos inclinemos a salvar las dos vidas”.

Mons. Oscar Ojea (San Isidro y presidente de la CEA): “Como servidores de la vida, tenemos la obligación y el compromiso como cristianos de poder acompañarlas, a esas mamás y a esas situaciones para que los chiquitos que son llamados a la vida, puedan venir… Nosotros que decimos que la defendemos, tenemos que comprometernos de verdad con aquellas situaciones que podemos acompañar auténticamente para poder recibir en la existencia, a tantos hermanos que son llamados por el Señor… Le pedimos al Señor que ilumine la mente de los Legisladores que van a tener que decidir sobre una cuestión tan delicada para nuestra vida como país”.

Mons. Marcelo Colombo (La Rioja y vicepresidente de la CEA): “Ninguna opresión, ninguna esclavitud, ninguna tribulación podrá jamás apagar jamás la firme ratificación de su Palabra: ‘Éste es mi Cuerpo… Ésta es mi Sangre…’ Nunca más la separación entre el hombre y Dios. Cristo con su entrega nos habla de una comunión con Él, para siempre. Celebrar esa Palabra, proclamarla a tiempo y a destiempo para iluminar toda la vida de hombres y pueblos con el testimonio de la entrega de Cristo, constituye nuestra misión de cristianos… Hoy recibirán la Palabra, y con Ella, la misión de celebrarla en su vida personal, familiar y comunitaria. La Palabra nos permite vislumbrar la meta, reconocer los compañeros de camino, celebrar la Vida que de ella brota, ratificada por la entrega de Cristo, con su Cuerpo y su Sangre”. » Texto completo de la homilía

Mons. Andrés Stanovnik OFMCap (Corrientes): “Fuimos creados para la vida, todos sin excepción. Por eso nos aterra pensar que los peregrinos más frágiles e indefensos, como son los niños por nacer y las madres que los engendraron podrían ser destinados: uno a morir y los otros a padecer las consecuencias de la muerte. La vida humana es un don de Dios y no una cosa descartable. Por eso nos comprometemos a cuidarla siempre… Felices los que lloran porque serán consolados. El mundo nos propone lo contrario, se gasta mucha energía tratando de escapar de las circunstancias donde se hace presente el sufrimiento. Por ejemplo tema aborto, lo queremos resolver de la manera más fácil. Estar cerca de los que sufren y padecer con ellos, acompañarlos y ayudarlos a salir de esa situación, eso es santidad”.

Mons. Juan Alberto Puiggari (Paraná): “En este día que tanto nos habla de la Vida quiero reiterar la declaración de los Obispos del Litoral: reunidos en Paraná, queremos expresar nuestra firme convicción de que cada niño que está viniendo a este mundo merece ser bienvenido, pues todo ser humano es un don, con su dignidad inviolable de ser persona, imagen de Dios. Afirmamos y propiciamos una cultura de la inclusión, que no descarte a nadie por ninguna razón. Rechazar la vida que empezó su camino es signo de una cultura del descarte y la exclusión que nos deshumaniza, empobrece y contradice el dato duro de la ciencia… Por eso le pido al Señor de la Vida para que ilumine a los legisladores para que con inteligencia, y sabiduría, respetando la verdad y el bien, busquen aprobar leyes que ayuden a que toda mujer se sienta protegida y acompañada en su embarazo y que a ningún niño por nacer se le impida hacerlo bajo ningún pretexto”. » Texto completo de la homilía

Mons. Eduardo Eliseo Martín (Rosario): “Tenemos que pedir al Señor para que se multiplique el amor, para que se multiplique ese amor por los demás, para que el mundo tenga vida y nosotros así ser fermento de un mundo nuevo, en medio de esta sociedad que ciertamente tiene violencia, tiene injusticias, tiene individualismo. Se vive muchas veces para el consumismo, se vive para afuera, se vive para, como decían antes ‘pour la gallery’, mostrarse nada más, se vive nada más que para la apariencia. A nosotros nos toca una misión una responsabilidad muy grande: ser alma del mundo, alma de la sociedad. No porque se nos vea, sino porque vivimos este darnos eucarísticamente. Video.

Mons. Mario Antonio Cargnello (Salta): “La defensa de la vida es un compromiso de devolver humanidad a nuestras comunidades. Si no reconocemos el derecho a vivir, ¿qué consistencia podrán tener otros derechos? Con la paciencia del Cordero Pascual que derrama su sangre por nosotros, nos toca a los cristianos testimoniar con alegría y con valor, que toda vida vale. Debemos hacerlo con respeto y sin ofender; al mismo tiempo, debemos ser audaces para anunciar el evangelio de la vida sin desfallecer. Nuestro compromiso con la vida no se agota en una marcha sino que se realiza en la cotidiana monotonía del trabajo, de la familia, de la profesión; se expresa en un compromiso inclaudicable por la justicia y la equidad, por la paz, por el respeto y la solidaridad y se alimenta en una relación fuerte y amigable con el Dios de la Vida, el Padre de nuestro Señor Jesucristo”. Texto completo

Mons. Jorge Lozano (San Juan de Cuyo): “Todos estamos llamados a la fiesta de la vida. No sobra nadie. Una mirada reduccionista de la persona lleva a limitar los derechos de los niños por nacer a una cantidad arbitraria de las semanas del embarazo. ¿Por qué en la semana 12 no, lo que en la 11 sí? ¿Por qué achicar la mesa de la vida en lugar de agrandarla? Mirar a los pobres y amarlos es ayudarlos a criar dignamente a sus hijos y no favorecer el aborto. Mirar a los pobres y defender sus derechos debe llevarnos a ponernos de su lado, y ante el abuso sexual o la violación juzgar al delincuente, y no consagrar su impunidad con la condena sobre la vida del inocente”.

Mons. Carlos Alberto Sánchez (Tucumán): “La vida es el primer don que hemos recibido de Dios, el tesoro más grande. Pero a la vez es tarea, compromiso de cuidar el don, acompañar y fortalecer toda vida. La vida que se gesta en el seno materno es vida humana y hemos de recibirla con amor y cuidarla y defenderla, sabiendo que es un niño que no tiene voz pero tiene vida y tiene derecho a vivir. Ellos son los más vulnerados hoy, pero también queremos la vida de sus madres que ante la encrucijada de una falsa opción, siempre nos inclinamos a salvar las dos vidas. Porque vale toda vida, salvemos las dos vidas”.

Mons. Héctor Aguer (emérito de La Plata): “Se escandalizaron en el Congreso, durante el pseudo debate que acaba de concluir cuando un médico presentó un video en el que aparece la realidad sangrienta del aborto: el niño por nacer - porque es eso un embrión de 14 semanas- arrancado a pedacitos del nido en el que debía crecer, para ser arrojado en un tacho de residuos biológicos. La operación podrá ser realizada en condiciones asépticas, por cierto, pero ¿sobre quién, sobre qué cabezas recaerá la sangre, mezclada, del niño y de su madre? Las almitas inocentes serán acogidas en la misericordia de Dios, ¿pero quién librará a una sociedad asesina de los pobres, de los más pobres e indefensos, quién la librará del clamor de la venganza inseparable de la sangre derramada? No será, de seguro, el Fondo Monetario Internacional. En la carne y la sangre de la niña violada, embarazada sin quererlo, y en la de la carne y la sangre de su hijito sacrificado, están -unidos por una misteriosa fraternidad- la carne y la sangre de Cristo. Caín, Herodes, Pilatos, y todos los verdugos, pueden atarse al cuello un pañuelo verde”. » Texto completo de la homilía

Mons. Rubén Frassia (Avellaneda-Lanús): “La verdad no se impone, pero tampoco se puede negar, la verdad se ofrece, nos impacta y ante ella hay que rendirse. Por ejemplo el tema de la vida. La vida humana, entre la unión del hombre y la mujer un nuevo ser distinto, con una propia personalidad y con un ADN propio, tiene vida y hay que respetarla desde el seno materno. Por más acción de los lobbies, por más que llamen a la Iglesia ‘retrógrada’, ‘anticuada’, ‘que no se adapta a las circunstancias de los tiempos’, podrán decirnos otros calificativos y un montón de cosas, pero ciertamente la verdad será siempre la verdad: hay vida, distinta al padre y a la madre, en un nuevo ser”. » Texto completo de la homilía

Mons. Luis Urbanc (Catamarca): “Aquí estamos a los pies de la Virgen, a quien le venimos a agradecer porque nos ha regalado este fruto bendito de su vientre, su Hijo Jesús, este Tesoro para la vida de todos los seres humanos. Le vamos a pedir a Jesús en esta misa que todos, especialmente los adultos, nos ocupemos de estos niños, les demos el ejemplo, los entusiasmemos, no los dejemos solos, no los abandonemos, ellos necesitan un ejemplo inquebrantable”.

Mons. Gabriel Barba (Gregorio de Laferrere): “No solo se trata de despenalizar sino, peor aún, de terminar legalizando el aborto como tal, truncando la vida humana en su máxima indefensión. Con el real peligro de que se transforme en un método anticonceptivo (cosa que pasa en países que ya lo han legalizado). Recemos fuertemente en estos últimos tiempos para que nuestros legisladores cumplan con el más sublime rol del Estado, de cuidar el bien común. De preservar la vida siempre y, particularmente en nuestra Nación, de respetar nuestra Constitución que, claramente defiende la vida humana desde la propia concepción”.

Mons. Jorge Lugones SJ (Lomas de Zamora): “La Eucaristía siempre estará unida por la sangre de Jesús como sacramento de la vida para tantos que hoy no saben qué hacer de sus vidas: despojados, vejados, ancianos descartados y arrojados a la soledad, jóvenes sin esperanza o sin horizontes más que el que les puede dar, pasajeramente, el consumo de sustancias, el miedo, la depresión y la angustia ante situaciones de enfermedad o pobreza. ¿No tendremos que estar más atentos a estos hambrientos de Jesús, mientras caminamos juntos? ¿No tendremos que escucharlos y escucharnos?”

Mons. Gabriel Mestre (Mar del Plata): “La presencia real del Señor que nos hace comunión en la vida sinodal de la Iglesia diocesana se transforma en misión. Misión evangelizadora que se abre a todos para invitar al encuentro con Jesucristo, el Señor de la historia. Misión comprometida y solidaria con todos, privilegiando a los pobres, débiles y sufrientes. Misión apasionada y clara en la defensa de la vida en todas sus manifestaciones, en el contexto actual, especialmente en la vida amenazada de los niños no nacidos. ¿Cuál es hoy mi misión en este mundo? ¿Soy verdadero evangelizador en mis ambientes anunciando a todos que Cristo está vivo? ¿Entiendo la misión como compromiso solidario con los hermanos más empobrecidos que quedan fuera del sistema?” » Texto completo de la homilía

Mons. Fernando Croxatto (Neuquén): “La Eucaristía cobra fuerza, sentido, hasta cotidianamente, para todos los que ponemos a Jesús en el centro de nuestra vida… Y si bien es fácil decirlo, no lo es en lo concreto y hoy es bueno que nos examinemos un poco. Muchas veces el centro somos nosotros, o nuestros gustos o ideas, ese ‘mundo que no piensa y siente como Dios, decía Jesús’, que gana nuestro corazón con tantas propuestas más ‘gustosas y palpables, atractivas’. Por eso, hoy se escucha tan fácilmente, decirse ‘cristianos-católicos’ y apoyar ‘leyes de muerte’, ‘ideologías-llamadas de género, progresistas, capitalistas, que destruyen la vida que se engendra, las familias, que marginan a tantos”.

Mons. Ariel Torrado Mosconi (Nueve de Julio): “Renovemos, entonces, nuestra fe en el Dios de la vida. El Dios que quiere que todos vivamos ya desde ahora y lleguemos juntos a la vida eterna. Por tanto, y para ello, cuidemos la vida, toda vida. La vida desde el vientre materno hasta la del anciano que ya no produce, la vida familiar y la vida social e institucional de la nación, cuidemos la patria, cuidemos a los pobres. Eso es cuidar el cuerpo, las personas, y no ‘salvar el propio pellejo’”.

Mons. Luis Antonio Scozzina OFM (Orán): “Como Iglesia que ‘camina junto’ a los hombres, partícipe de las tribulaciones de la historia, cultivamos el sueño que el descubrimiento de la dignidad inviolable de los pueblos y de la función de servicio de la autoridad podrán ayudar también a la sociedad civil a edificarse en la justicia y en la fraternidad, generando un mundo más bello y más digno del hombre para las generaciones que vendrán después”. » Texto completo del mensaje

Mons. Juan Martínez (Posadas): “En esta Eucaristía rezamos especialmente por nuestra Patria para que tengamos una comprensión y una defensa clara de la Vida, de toda vida, especialmente de la vida por nacer. Es increíble que en el siglo XXI estemos discutiendo si una vida humana, científicamente comprobado que se da desde la concepción, puede vivir o no. Rezamos fuertemente por esto porque queremos vivir en una Argentina que no niegue el derecho humano más básico que proclama que ‘toda vida vale’”. » Texto completo de la homilía

Mons. Marcelo Martorell (Puerto Iguazú): “Jesús Eucaristía realiza la unidad de la Iglesia y le da vida en el Espíritu. La Eucaristía es necesaria para la vida del hombre y de la Iglesia. Es el Cristo vivo, el Señor de la vida y de la historia. Sin Él nada podemos y por eso hay que acercarse, comerlo, adorarlo, darle gracias y amarlo… La Palabra nos lleva a la Eucaristía como plenitud y realización. Sin ella nos faltaría la vida del Señor que se confunda con la nuestra, dándonos vida en la tierra y anticipando la plena unión con Él en la eternidad”. » Texto completo de la homilía

Mons. Carlos Tissera (Quilmes): “La Iglesia no levanta reparos por mera contradicción a las tendencias de la decantada ‘modernidad’. Ella habla defendiendo la vida de verdaderos seres humanos; encuentra aquí uno de los desafíos más decisivos en pro de los derechos humanos; sale a la defensa de criaturas humanas totalmente indefensas, expuestas al atropello más inicuo e inaudito que se pueda imaginar. Basada en la Biblia y en una tradición ininterrumpida encara, con medios humanos muy inferiores a los de la campaña favorable al aborto, la lucha por la vida, por la dignidad intangible de la persona, por el rescate de una civilización que corre el riesgo de hundirse en la historia” (citando a monseñor Jorge Novak). » Texto completo de la homilía

Mons. Luis Fernández (Rafaela): “Nuestro llamado a la existencia, no es a la angustia, a la tristeza, al individualismo, a la violencia, a la condenación, al miedo del futuro, al temor de existir, a los placeres sin medida, por eso amamos la vida, la queremos y la cuidamos, respetuosos de toda vida no las juzgamos, si las queremos cuidar y amar, al estilo de Jesús eucaristía… El culto que damos a Dios en la eucaristía que celebramos, ‘actualiza’ cada domingo ese ‘encuentro’ entre el hombre y Dios; en la ‘primera comunión’ y cada vez que ‘comulgamos el cuerpo de Cristo’, Jesús se hace nuestra propia vida, ‘vive’ en nosotros, y así nosotros ya no tenemos que depender de ‘amuletos’, ‘mezcla de yuyos’ o recurrir a alguna ‘sustancia o droga’ para tener el poder de los dioses”. » Texto completo de la homilía

Mons. Sergio Buenanueva (San Francisco): “Cuando la cultura burguesa, aburrida y nihilista, solo sabe pedir aborto y muerte, de miles de voces nace un grito que es toda una promesa: ‘Vale toda Vida’, ‘Salvemos las dos vidas’, ‘Votemos vida’. Se lo intenta ningunear, pero inunda las redes, se expresa alegremente en las calles y toma también la forma de una argumentación racional sólida y fundada, que desmonta cifras mentirosas, mitos y prejuicios. Los jóvenes provida son miles y también sacuden nuestra comodidad. No se conforman solo con un no al aborto. Piden una sociedad más amable con la vida. Reclaman por un sistema de salud que atienda a todos, especialmente a los más vulnerables”. Texto completo

Mons. Eduardo García (San Justo): "Lamentablemente sabemos que lo cotidiano tiene signos de muerte, ya que se busca ‘la vida’ a costa de la vida de los otros. Vivimos en un mundo de vampiros donde se sobrevive a costa de la sangre de los otros y esto abarca desde las políticas internacionales y caseras que, para mantenerse en pie, le quitan la sangre especialmente a los más débiles, pasando por los vampiros que ofrecen un mundo ilusorio con la droga –cara y barata- que pretende ayudar a tirar un poco más y que termina con la vida y con el futuro de nuestro pueblo. ¡Y esto es muerte! Tan muerte como la legalización del homicidio al que está esperando asomar a la vida. Que hipócrita es pensar que no existe aquí la pena de muerte. Qué triste es creer que, ‘porque hay una ley’ ya no hay asesinato y por lo tanto queda tranquila la conciencia". » Texto completo de la homilía

Mons. Pedro Martínez Perea (San Luis): "Cuando la Madre Teresa recibió el Premio Nobel de la Paz, en su discurso sostuvo que el gran destructor de la paz es el aborto… La santísima Virgen María, que visitó a su prima Santa Isabel, estaba esperando a Jesús en sus entrañas y aún no nacía, e Isabel tenía en su seno a San Juan Bautista que apenas oyó el saludo saltó de alegría en su vientre. Isabel prestó su oído a quien aún no había nacido. La primera aceptación a ese no nacido se da allí, reconociendo al Príncipe de la Paz… La Iglesia Argentina de un modo particular reza para pedirle a Dios que ilumine y que fortalezca a aquellos que tengan que legislar, porque es una vida humana sobre la que se pretende legislar, una vida inocente, indefensa que por ley se quiere eliminar".

Mons. Gustavo Montini (Santo Tomé) “La Eucaristía es el Pan de Vida, partido y repartido para dar Vida al mundo. La fuerza del misterio pascual presente en la Eucaristía no nos puede dejar tranquilos. La Eucaristía tiene una fuerza centrípeta que no podemos contener. Nos estimula a estar al servicio de la vida de nuestra gente, haciendo de nuestro trabajo una defensa –serena pero contundente- de la vida de todos nuestros hermanos. La vida humana es sagrada, por ello queremos defenderla con uñas y dientes. Debemos comprometernos, según nuestra propia responsabilidad, a defender toda vida en situación de vulnerabilidad, antes y después de su nacimiento. ‘Vale toda vida’”. Texto completo

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