Vicaría de la Solidaridad: “¿Puede alguien permanecer indiferente ante esta angustiosa realidad?”
Citando las palabras de Monseñor Angelelli del 25 de febrero de 1973, donde advirtió “un porvenir inseguro, efecto de una de esas situaciones graves que se manifiestan bajo las formas inhumanas de la desocupación, carestía de la vida, bajos salarios, escaso rendimiento del poder adquisitivo, alto déficit de las viviendas, hospitales abarrotados, niños enfermos y desnutridos, carencia de una asistencia médica social vigorosa y congruente”, volvieron a preguntarse: “¿Puede alguien permanecer indiferente ante esta angustiosa realidad?”.
Sobre las problemáticas actuales de los trabajadores, que “ven como, día a día, sus ingresos pierden valor frente a la inflación, el aumento incesante del transporte y la canasta básica de alimentos, los tarifazos en los servicios. La vida de nuestro pueblo experimenta la amenaza desoladora de los despedidos, una sombra de angustia y de muerte”, expresaron.
A su vez, “la suerte de los jubilados se torna dramática”. Mencionaron la “violencia social, la inseguridad”, que sufren las personas en su vida cotidiana. “Sabiendo que el aumento de la represión y fuerzas militares en las calles no es la solución, sino alternativas de inclusión, trabajo y cuidado de nuestros jóvenes.
“Constatamos cotidianamente la angustia de las familias que experimentan las más diversas necesidades y privaciones con el consiguiente riesgo de desintegración del núcleo familiar. Esta desintegración también tiene sabor a violencia”, indicaron. Y lamentaron con dolor las muertes ocurridas en la escuela de Moreno, “lacerante evidencia la desidia del Estado y el desfinanciamiento de la educación pública”.
Al concluir, pidieron “al santo Patrono del pan, de la paz y del trabajo que nos de consuelo y renueve nuestra esperanza. Y ponemos nuestra vida en las manos del Padre Dios, renovando nuestro compromiso con la vida del pueblo”.+
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