Se trata de Felicitas Lozada Biedma de 23 años, proveniente de la Ciudad de Buenos Aires y colaboradora de AICA a quien contó sus emociones y relató cómo vivió la tarea encomendada.
“Cuando me enviaron el correo desde el COL, me pidieron que lo mantuviera en secreto; desde el principio tuve que practicar el sigilo y la paciencia”, destacó y prosiguió: “De todos modos lo viví con mucha paz, mucha alegría y un sentimiento de profundo agradecimiento; me sentí muy bendecida con la noticia”.
Destacó que, al momento de pasar al escenario, ante el Santísimo Sacramento y leer su intención “pensé que me iba a poner super nerviosa, pero cuando estaba ahí sentí paz y mucha tranquilidad”. “En ese momento, recé por la Argentina, para que haya paz, menos violencia y más unidad; por las madres que tienen problemas para afrontar embarazos y por los niños por nacer”, manifestó la joven argentina.
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“Me di cuenta que estaba arrodilladla ante Jesús Eucaristía, el mismo que tenemos en la Argentina, en nuestras parroquias. Lo más impresionante fue tener a mis espaldas a miles de jóvenes, de cientos de países, todos arrodillados en silencio, rezándole al mismo Jesús”, recordó con emoción.
La intención que leyó Felicitas en el escenario rogaba a Dios por el aumento de las vocaciones religiosas, y en agradecimiento de las que existen. “Esta JMJ tuvo una impronta importante en este sentido. Se hablo y se pidió por las vocaciones en varias oportunidades. Nos vamos con la tarea de cuidar mucho las vocaciones actuales y rezar por las futuras”, sostuvo.
La joven periodista aseguró que la experiencia la llenó de “esperanza y valentía, para no tener más miedo”, tema que el papa Francisco mencionó en sus discursos a los jóvenes. “Estamos en un mundo en que los valores católicos y nuestro camino es contracorriente, es sentirse minoría y enfrentarse a hostilidades que dan miedo. Al vivir ese momento, sentí que tenía a mis espaldas a esas miles de personas apoyándome, viviendo lo mismo, jugándosela por Cristo. Eso me llenó de esperanza y de fuerzas para decir: ‘¡No hay que tener miedo!’”, afirmó.
“Panamá nos dejó un ejemplo de alegría y calidez, los panameños nos hicieron sentir muy bienvenidos. Me vuelvo a la Argentina con renovada esperanza y feliz”, concluyó.+
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