Catamarca celebró a la Madre del Valle

Una multitudinaria manifestación pública de devoción mariana se vivió en la tarde del domingo 5 de mayo, en el cierre de las fiestas en honor a Nuestra Madre del Valle en Catamarca, a poco menos de un año para la realización del IV Congreso Mariano Nacional.

La Solemne Procesión fue presidida por el obispo diocesano de Catamarca, monseñor Luis Urbanc, con la participación de sacerdotes del clero catamarqueño y de otras jurisdicciones eclesiásticas de la Argentina.

Miles de devotos y peregrinos llegados desde distintos puntos del país y del interior catamarqueño se ubicaron en los alrededores del santuario mariano para recibir a la Sagrada Imagen, que fue colocada en el sitial ubicado sobre el escenario levantado en el Paseo de la Fe, desde donde recibió el saludo de las delegaciones de peregrinos e instituciones, que se desplazaron con los tradicionales misachicos, pañuelos, globos y banderas, trajes típicos, muñecos representando a la Virgen y a Jesús, para homenajear a la Reina del Valle con mucha creatividad.


También participaron seminaristas, familias y grupos de jóvenes, fervorosos hijos de la Madre Morena. La colorida marcha mostraba los rostros esperanzados de quienes invocan a la Virgen diciéndole: “Lo que nadie puede, Tú lo puedes Madre”. Así volcaban su gratitud, peticiones y alabanzas.

Entre los miles y miles de devotos, caminaban también los jóvenes que padecen adicciones, quienes, bajo la guía de los recordados sacerdotes Raúl Contreras y Antonio Bulacio, comenzaron un tiempo de recuperación acompañados por laicos comprometidos en esta área pastoral. Asimismo, desfilaban integrantes de los pueblos originarios y otros grupos de peregrinos que expresaban su amor a la Madre haciendo sonar instrumentos autóctonos.

Además, rindieron su tributo hermanos con capacidades diferentes, llenos de amor por la Madre, y la Agrupación 7 de Abril de veteranos de Malvinas, entre muchas otras delegaciones que pasaron frente a la venerada Imagen.


Cerca de las 18.45, monseñor Luis Urbanc trasladó a la Imagen cuatro veces centenaria desde el trono hasta la urna procesional. Las campanas sonaron y comenzó el recorrido de la Madre por las calles céntricas de San Fernando del Valle. Mientras tanto, la cruz procesional ya se encontraba por calle San Martín.

Se sumaron a la solemne procesión autoridades provinciales y municipales, encabezadas por la gobernadora de la Provincia, doctora Lucía Corpacci, y el Intendente de la capital, licenciado Raúl Jalil, miembros de sus respectivos gabinetes, autoridades legislativas, judiciales y de las fuerzas de seguridad, e invitados especiales. Detrás de la Virgen comenzaron a caminar, junto al obispo diocesano, los sacerdotes y religiosos y religiosas.

Fue en ese momento que comenzó el rezo de los misterios gozosos del Santo Rosario. Las meditaciones, en este propicio tiempo pascual, se centraron en la Resurrección de Cristo y la misión evangelizadora de todos los bautizados.

Oficiales del Ejército Argentino portaron las andas de la urna donde era trasladada la Madre Morena y posteriormente lo hicieron integrantes de la Brigada contra Incendios Forestales; y así, distintas agrupaciones fueron sucediéndose en esta delicada misión, complementada por un cordón policial que iba protegiendo a la Imagen. A su paso, los pañuelos echaban vuelo expresando el saludo emocionado de los hijos, entre cantos y rezos cargados de amor filial.

A las 19.15, la Sagrada Imagen llegó a La Alameda, histórico lugar donde fue coronada el 12 de abril de 1891, acontecimiento que se celebra de un modo especial en estas fiestas. Miles de devotos apostados en este paseo público aplaudieron emocionados el paso bendito de la Madre del Valle.

Frente a la Escuela Industrial, el director de ese establecimiento educativo, el reconocido cantante y compositor Rafael Toledo, saludó a la Virgen acompañado de devotos que se congregaron en ese punto del recorrido.


Cuando la amada Imagen pasaba por el Sindicato de Luz y Fuerzas, en la primera cuadra de avenida Ocampo, estallaron fuegos artificiales y gran cantidad de papelitos volaron por el aire, mientras los calurosos aplausos de los trabajadores nucleados en ese gremio saludaban emocionados a su Protectora.

La Procesión avanzó mientras se rezaba con especial énfasis la Oración por la Patria, en estos momentos difíciles que atraviesa el país, y luego de bordear la plaza principal, la Sagrada Imagen llegó al Paseo de la Fe, donde fue recibida con campanadas, cánticos y pañuelos al aire.

Un momento especial se vivió con la presentación de la canción “Madre del pueblo, Esperanza nuestra”, que identificará el Año y IV Congreso Mariano Nacional, cuya autora es la hermana María Valeria González, de la Congregación de las Hermanas Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, de la diócesis de La Rioja, interpretada por el grupo de canto del Colegio Sagrado Corazón de Jesús de la vecina provincia. La canción surgió de un concurso abierto a todo el país, del cual resultaron ganadores y en esta ocasión recibieron el premio correspondiente.

Hacia el Año Mariano Nacional
En el cierre de la Procesión, monseñor Urbanc, en nombre de todos los presentes, le pidió a la Virgen del Valle: “Concédenos, como Iglesia que peregrina en Catamarca, disponernos con todas nuestras fuerzas, haberes y talentos a preparar nuestros hogares para recibir a los diez mil congresistas que podrán inscribirse, a partir del mes de junio en sus respectivas diócesis, para participar en abril del 2020 del IV Congreso Mariano Nacional. Que ningún catamarqueño se excluya de este tiempo de gracia que Dios nos concede para renovarnos como Provincia y como Comunidad Diocesana. Pero no sólo estarán los congresistas, sino muchísimos peregrinos que vendrán a celebrar los 129 años de tu coronación como Reina y, por qué no, a saludar al Papa Francisco, a quien invitaré para que nos presida la Misa de clausura. Es por ello, que te pido, Madre querida, que interpongas tus buenos oficios para que esto se dé, y renueve nuestro amor a la Iglesia, que es el Cuerpo Místico de Cristo y su amada Esposa".

Previamente, el obispo diocesano había recordado las palabras del papa Francisco: “Desde el otro lado del mar los animo a que se preparen con contagiosa alegría y entusiasmo a esa fiesta de fe y fraternidad, para que todos los argentinos nos animemos a ser una gran familia ‘en salida’, de manera que no haya nadie que se sienta sobrante o descartado, que a nadie le sobre y a nadie le falte, que los niños y los ancianos sean los dos cauces del gran río de la vida humana; que entre todos cuidemos la ‘casa común’; que todos nos animemos a navegar ‘mar adentro’ como discípulos-misioneros; que pasemos de ser meros habitantes a ciudadanos que hacen de la vida social una ‘casa y escuela de comunión’; que jamás dejemos de conmovernos ante cualquier ser humano que sufre, sabiendo descubrir allí el Rostro del Cristo sufriente que nos interpela a socorrer, sin más, sin demora y por amor”.

Seguidamente se otorgó una indulgencia plenaria en la forma acostumbrada por la Iglesia, y como homenaje a la Patria se entonaron las estrofas del Himno Nacional Argentino, el Himno a Catamarca; procediéndose luego al arriamiento de la bandera en el mástil ubicado en la plaza principal.

Entre papelitos y globos llegó el momento de la despedida, cuando los fuegos artificiales surcaban el cielo de la noche dominical; los corazones latieron con más fuerza y los pañuelos y banderas se elevaron para darle el adiós a la Reina del Valle, que en diciembre escribirá una nueva página de la historia de amor con sus hijos.+


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