Mons. Mestre: “Pedir misericordia para ser sanados”

Mons. Mestre: “Pedir misericordia para ser sanados”

Mar del Plata (Buenos Aires) (AICA): En su prédica del domingo 13 de octubre, el obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre, hizo mención a tres conceptos para guiar la reflexión del Evangelio: “La lepra en nuestra vida”, resaltando la “lepra espiritual”; “Pedir misericordia para ser sanados en el camino”, como el milagro que el Señor hace en nosotros; y “La acción de gracias”, haciendo referencia a la importancia de ser siempre agradecidos.
En su prédica del domingo 13 de octubre, el obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre, hizo mención a tres conceptos para guiar la reflexión del Evangelio: “La lepra en nuestra vida”, “Pedir misericordia para ser sanados en el camino” y “La acción de gracias”.

La lepra en nuestra vida
En la época de Jesús, quien tenía lepra “cargaba con el peso de la dolencia física, el apartamiento afectivo de sus familiares y amigos por temor al contagio y, además, pesaba sobre el leproso el estigma de la impureza religiosa que le impedía poder rendir culto a Dios”. En este sentido, el prelado se refirió a la “lepra espiritual”, es decir “todo aquello que devora, daña, consume nuestros tejidos más profundos, los del alma y el corazón”, e invitó a la comunidad a preguntarse: “¿Cuáles son nuestras lepras espirituales hoy?”.

Pedir misericordia para ser sanados en el camino
En el Evangelio, “los diez leprosos piden compasión, misericordia a Jesús que es el único que puede sanarlos y devolverles la pureza total”. El Señor no realiza un signo espectacular, sino que les pide que se presenten a los sacerdotes para ser incorporados a la comunidad. “Muchas veces la sanación de las heridas y enfermedades más profundas de nuestra vida no se dan en un instante. Dios elige que seamos regenerados en el camino de nuestra vida. Esto implica confianza en Dios, paciencia y fidelidad en el tiempo. Debemos pedir con humildad sanación de nuestras lepras por su misericordia”.

La acción de gracias
“Un samaritano, un judío impuro y contaminado es el único que vuelve a dar gracias a Dios”, recordó monseñor Mestre, resaltando la enseñanza del relato: “Nos revela el poder sanador de Jesús, pero con el plus de enseñarnos que debemos ser agradecidos”. En primer lugar, a Dios, “por los múltiples regalos y beneficios que día a día nos otorga desde el momento que fuimos concebidos”; y a los hermanos “que a lo largo de la vida y en la actualidad han sido para nosotros instrumentos del Señor para que los dones de Dios lleguen a nuestra vida también por medio de ellos”, concluyó.+

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