En la primera sesión de la mañana, monseñor Luis Urbanc, obispo de Catamarca, junto con miembros del equipo organizador, presentaron a los obispos aspectos referidos a la organización del IV Congreso Mariano Nacional, por celebrarse en 2020.
En diálogo con la Oficina de Prensa y Comunicación de la CEA, el prelado catamarqueño expresó: “Acabo de presentar lo que va a hacer el IV Congreso Mariano Nacional. Juntos, nos entusiasmamos en poder vivir intensamente este Año Mariano, un año de gracia y que todos, cobijados bajo María, nos ayudemos a ser verdaderamente hermanos los unos de los otros”.
En la segunda sesión de la mañana, la Comisión Episcopal de Catequesis y Pastoral Bíblica presentó al plenario el camino del proyecto del Catecismo Argentino.
Durante la tarde, hubo un espacio de escucha y reflexión sobre el Sínodo de la Amazonía, en el que el obispo de San Isidro y presidente de la CEA, monseñor Oscar Vicente Ojea, y el obispo de Reconquista y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Aborigen, monseñor José Ángel Macín, compartieron su experiencia como padres sinodales.
En este sentido, monseñor Ojea manifestó: “Valoramos enormemente el espíritu fraterno que se vivió en el Sínodo para el Amazonias. He participado de una profunda vivencia de la escucha de la Iglesia”.
El prelado sanisidrense destacó que el Francisco haya estado “todo el tiempo y accesible para todos y esa presencia así, sencilla y fraterna del Papa, hizo crear un gran clima de comunicación sumamente importante. El Sínodo fue una gran experiencia espiritual”.
En tanto, monseñor Macín dijo que vivió el Sínodo como “un gran enriquecimiento para mí y para el grupo de trabajo de la Comisión Episcopal de Pastoral Aborigen”.
“Fue un don ser padre sinodal. Considero que también es un don para toda la Pastoral Aborigen de la Iglesia Argentina. He vivido una gran experiencia de fraternidad junto a los obispos de todo el mundo que participaban”, agregó.
El prelado puso de relieve que el Sínodo es “un caminar juntos y este caminar sinodal es una experiencia de consenso y de debate” y dijo que lo impresionó “la voz de los indígenas y en especial de las mujeres indígenas”.
“La escuche como una palabra amasadora en el silencio y en el dolor de siglos. Me motiva profundamente este Sínodo a seguir caminando con los indígenas en la Iglesia argentina”, subrayó.
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