Mons. Araya animó a tomar del ejemplo del Santo Cura Brochero

Mons. Araya animó a tomar del ejemplo del Santo Cura Brochero

Salsacate (Córdoba) (AICA): El obispo de Cruz del Eje, monseñor Ricardo Araya, sacerdotes, diáconos permanentes y seminaristas compartieron el pasado 27 de diciembre la jornada de fin de año del clero en la parroquia Nuestra Señora del Rosario, de la localidad cordobesa de Salsacate. “Él pudo colaborar con Dios en la redención de esta zona porque supo asumir todo lo que acá se vivía, se sentía, se hacía”, destacó el prelado refiriéndose al Santo Cura Brochero.
El obispo de Cruz del Eje, monseñor Ricardo Araya, sacerdotes, diáconos permanentes y seminaristas compartieron el pasado 27 de diciembre la jornada de fin de año del clero en la parroquia Nuestra Señora del Rosario, de la localidad cordobesa de Salsacate.

La jornada comenzó por la mañana con la convocatoria a los sacerdotes de la diócesis, junto con los diez diáconos permanentes y seis seminaristas mayores

El presbítero Juan Pablo Contepomi fue el anfitrión y encargado de hacer la oración inicial.

Luego se comenzó el armado y planificación de las actividades pastorales y diocesanas para 2020. Finalizada la agenda, se compartió un almuerzo fraterno en el patio de la casa parroquial de Salsacate. En la tarde, los presentes aprovecharon el clima favorable para disfrutar del río, caminatas deportivas, mates, charlas fraternas y distendidas.

A las 20, monseñor Araya presidió la misa, en la que puso como intenciones el eterno descanso de los presbíteros Luis Donato, Tomás Barrera y Luis Ribetti fallecidos en 2019. "Eran personas grandes pero muy activas, personas que hacían que hoy se note su ausencia. Lo importante es pedir que en esta Misa Dios les dé un poco más de gloria, un poco más de paz", expresó.

El prelado hizo un análisis general del año vivido y agradeció las más de 2.000 confirmaciones, a las que consideró “una linda manera de tener contacto con muchísima gente, ver los rostros, intuir necesidades religiosas”. También dio gracias por haber podido “descubrir” este año las distintas zonas pastorales.

"Las zonas pastorales me parecen una opción para una pastoral variada, diferenciada, encarnada, situada, al estilo del Cura Brochero. Es difícil encontrar un cura tan metido en la realidad y a la vez haciendo que esa realidad se eleve a Dios. Es difícil encontrar un cura así. Tan concreto, tan encarnado, tan inserto, tan de los hombres, tan de los serranos, tan igual que ellos pero en un camino de ascenso, de trascendencia, un camino de llevar todo a Dios”, destacó.

“A mí me ha hecho pensar que Brochero vivió eso que decían los padres de la Iglesia, que lo que no se asume no se redime, él pudo colaborar con Dios en la redención de esta zona porque supo asumir todo lo que acá se vivía, se sentía, se hacía. Ojalá que nosotros, hablando de las zonas pastorales podamos hacer eso. No un diagrama, o cuadro o especie de esquema que sirva simplemente para mostrar, sino que sea un llamado eterno profundamente de la tierra para que la tierra se convierta en un anticipo del cielo”, agregó.

El prelado insistió en destacar la figura del sacerdote que evangelizó Traslasierra: “Fíjense: Brochero no era un cura de Dios para la gente, ¡era de la gente! Era de Dios y de la gente y por eso pudo llevar tanto a la gracia de Dios", diferenció.

Monseñor Araya habló también sobre el trabajo de los colegios, y mencionó un lugar especial a la jornada diocesana de jóvenes: "Ojalá que podamos estar a la altura de los jóvenes que tenemos y dentro de las prioridades, que esta sea una para el próximo año. La de llegar a los jóvenes que estén lejos, no de seguir formando los que están formados, sino abarcar lo más que podamos", deseó.

Al finalizar, monseñor Araya dejó un mensaje para el próximo Congreso Mariano Nacional: “La gente a la Virgen y la Virgen a la gente. La gente al congreso, la gente a la misa, la gente al santuario, la gente a la gruta y la Virgen a la gente. ¡La Virgen a la gente!”

Tras anticipar que en la próxima asamblea impondrá una medalla a la Virgen, y explicó: “¿Vieron cuando yo voy a las parroquias y ustedes dicen, ahora el obispo va a imponer las manos? Bueno, imponer la medalla tiene que ver con imponer, con revestir, con proteger. Es dejar que la Virgen sea una expresión de la Iglesia invisible, esa Iglesia que no controla, que no calcula, que no planifica, que no suma y que se mete en el corazón de la gente y donde la gente vaya y haga lo que haga la Virgen lo acompaña”.

“¿Cuántas formaciones faltan para descubrir que la Iglesia invisible tiene la fuerza del Espíritu de Dios en el corazón de los más sencillos?”, concluyó.+

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