Ángelus del Papa: “Jesús nos dice: ‘Levántense y no tengan miedo’”

Ciudad del Vaticano (AICA): En el segundo domingo de Cuaresma, el papa Francisco rezó el Ángelus desde Biblioteca del Palacio Apostólico Vaticano y fue transmitido vía streaming por Vatican Media, como prevención del contagio del coronavirus. “No debemos olvidar que el bautismo que recibimos nos hizo testigos, no por nuestra capacidad, sino por el don del Espíritu”, afirmó el Pontífice sobre el Evangelio de hoy.
En el segundo domingo de Cuaresma, el papa Francisco rezó el Ángelus desde Biblioteca del Palacio Apostólico Vaticano, "para cumplir con las disposiciones de prevención de modo de evitar las pequeñas multitudes de personas que pueden favorecer la transmisión del coronavirus", según explicó al iniciar la transmisión vía streaming distribuida por Vatican Media, que se proyectó en las pantallas en la Plaza San Pedro.

“El Evangelio de este segundo domingo de Cuaresma nos presenta la narración de la Transfiguración de Jesús. Jesús, toma consigo a Pedro, Santiago y Juan y sube a un alto monte, símbolo de la cercanía a Dios, para abrirlos a una comprensión más completa del misterio de su persona, que deberá sufrir, morir y luego resucitar”, comenzó relatando el Papa.

Luego mencionó como se sentían los discípulos: “No podían aceptar la perspectiva del sufrimiento, muerte y resurrección que esperaban al Maestro”. Por este motivo se transfiguró: “Los tres discípulos están llamados a reconocer en Jesús al Hijo de Dios resplandeciente de gloria”, a través de este hecho. “De este modo avanzan en el conocimiento de su Maestro, dándose cuenta de que el aspecto humano no expresa toda su realidad; a sus ojos se revela la dimensión sobrenatural y divina de Jesús”, agregó Francisco.

Más adelante, resuena desde lo alto una voz: “Este es mi Hijo amado… escúchenlo”. El Padre celestial, “confirma la ‘investidura’ de Jesús, ya hecha el día de su bautismo en el Jordán. Es la invitación a los discípulos a escucharlo y seguirlo”, señaló el Papa. Jesús eligió a Pedro, Santiago y Juan para llevar al monte. Pero “no lo hace porque son más santos", aclaró Francisco. De hecho, "a la hora de la prueba Pedro lo negará; y los dos hermanos Santiago y Juan pedirán ocupar el primer lugar en su Reino".

En este sentido, el Pontífice subrayó: “Jesús no elige según nuestros criterios, sino según su plan de amor; el amor de Jesús no tiene medidas: ¡es amor! Y Él elige con aquel plan de amor. Es una elección libre e incondicional, una iniciativa libre, una amistad divina que no pide nada a cambio. Y así como llamó a esos tres discípulos, también hoy llama a algunos a estar cerca de Él, para poder ser testigos. Ser testigos de Jesús es un don que no hemos merecido: nos sentimos inadecuados, pero no podemos echarnos atrás con la excusa de nuestra incapacidad”.

Francisco afirmó que aunque “no hemos estado en el Monte Tabor”, ni hemos visto con nuestros ojos “el rostro de Jesús brillando como el sol”, “a nosotros también se nos ha dado la Palabra de salvación, se nos ha donado la fe y hemos experimentado de diferentes maneras la alegría de encontrarnos con Jesús”.

“También a nosotros Jesús nos dice: ‘Levántense y no tengan miedo’ (Mt 17, 7). En este mundo, marcado por el egoísmo y la codicia, la luz de Dios se opaca por las preocupaciones de la vida cotidiana. A menudo decimos: no tengo tiempo para rezar, no puedo hacer un servicio en la parroquia, responder a las peticiones de los demás... Pero no debemos olvidar que el bautismo que recibimos nos hizo testigos, no por nuestra capacidad, sino por el don del Espíritu”.

Al concluir la reflexión, el Papa rogó a la Virgen María “que nos obtenga esa docilidad al Espíritu que es indispensable para emprender resueltamente el camino de la conversión”.+

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