Peregrinación en clave misionera

Lules (Tucumán) (AICA): Los jóvenes católicos de Tucumán peregrinaron este fin de semana al santuario de Nuestra Señora del Valle, alentados por el llamado del Santo Padre a salir hacia las periferias, y con el recuerdo aún latente de Jornada Mundial de la Juventud. El arzobispo de Tucumán, monseñor Alfredo Zecca, estimó que la concurrencia “es un signo esperanzador” y se alegró de ver que la Iglesia “se mueve y hace presente a Jesucristo”.

Los jóvenes católicos de Tucumán unieron la distancia que separa la quinta agronómica de la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología de la Universidad Nacional con el santuario de Nuestra Señora del Valle en el marco de la peregrinación juvenil anual, que este año se vio alimentada por el espíritu de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que presidió el papa Francisco en julio, en Río de Janeiro, y que los cientos de jóvenes y sacerdotes que asistieron transmitieron a los miles que este fin de semana caminaron al encuentro de la Virgen.

La peregrinación de la juventud se realiza cada año y reúne a miles de fieles, que parten por la mañana desde la capital provincial y llegan a la reducción de Lules entrada la noche. Antes de salir, pintaron banderas con frases alegóricas al espíritu de la JMJ y el pedido de una Iglesia misionera que hizo el Santo Padre.

“Esto era un poco la idea de vivir en menor escala la experiencia de Rio de Janeiro y poder transmitir esta alegría. Quisimos tomar lo que dijo el papa Francisco, que nosotros somos un campo de siembra, un campo de fe, y por eso reflexionamos sobre el ser sembradores”, comentó uno de los sacerdotes que acompañó al contingente de más de 4.000 jóvenes.

En el recorrido, los peregrinos tuvieron momentos de oración y de reflexión, pero también momentos de animación, con bandas en vivo que se presentaban sobre un camión de caja abierta. Al llegar a Lules, celebraron la misa que presidió el arzobispo de Tucumán, monseñor Alfredo Zecca, y concelebraron decena de sacerdotes.

“Creo que es una jornada memorable, está realmente con una concurrencia muy grande, que es signo esperanzador, sobre todo si observamos lo que nos ha dicho el papa Francisco, ya que vivimos en una cultura en la que hay que nadar contracorriente que acentúa mucho el individualismo y empezar solamente en el hoy, en el gozar y en el poder”, estimó el arzobispo.

“La verdadera felicidad es aquella que dura y que se encuentra y plenifica en Dios. Creo que estamos cumpliendo lo que el Santo Padre nos ha invitado a hacer: una Iglesia misionera, una Iglesia que se mueve y que hace presente a Jesucristo”, razonó el prelado.+