Francisco: “Los santos no son superhombres ni nacieron perfectos, pero siguieron a Dios sin hipocresías”
Ciudad de Vaticano (AICA): El papa Francisco recordó hoy que “los Santos no son superhombres, ni han nacido perfectos. Son como nosotros, como cada uno de nosotros, son personas que antes de alcanzar la gloria del cielo han vivido una vida normal, con alegrías y dolores, fatigas y esperanzas. Pero ¿qué ha cambiado su vida? Cuando han conocido el amor de Dios, lo han seguido con todo el corazón, sin condiciones o hipocresías; han gastado su vida al servicio de los demás, han soportado sufrimientos y adversidades sin odiar y respondiendo al mal con el bien, difundiendo alegría y paz”, al rezar el Angelus desde la ventana de su departamento, ante la multitud reunida en la plaza San Pedro con motivo de la solemnidad de Todos los Santos. También pidió una oración en silencio por los inmigrantes muertos en las costas de la isla de Lampedusa en su travesía para alcanzar Italia, al subrayar que son ¨hermanos y hermanas nuestros, hombres, mujeres y niños, empujados por la sed, el hambre y el cansancio¨. Francisco improvisó estas palabras sobre quienes que se ponen en marcha ¨para alcanzar unas condiciones de vida mejores¨.
El pontífice argentino destacó que ser santos “no es un privilegio de pocos, sino que es una vocación para todos” y señaló que todos estamos llamados a caminar por la vía de la santidad, que tiene un nombre y un rostro: Jesucristo.
Asimismo, preguntó: “¿Qué nos dicen los Santos, hoy?” Y respondió: Nos dicen que debemos confiar en el Señor, ¡porque Él no decepciona! A la vez que con su testimonio nos animan a “no tener miedo de ir contracorriente o de ser incomprendidos y escarnecidos cuando hablamos de Él y del Evangelio”.
Antes de rezar la oración dedicada a María, Reina de Todos los Santos, el Papa dijo que “nuestra oración de alabanza a Dios y de veneración de los espíritus bienaventurados se une a la oración de sufragio por cuantos nos han precedido en el pasaje de este mundo a la vida eterna”.
También pidió una oración en silencio por los inmigrantes muertos en las costas de la isla de Lampedusa en su travesía para alcanzar Italia, al subrayar que son "hermanos y hermanas nuestros, hombres, mujeres y niños, empujados por la sed, el hambre y el cansancio".
Francisco improvisó estas palabras sobre los inmigrantes que se ponen en marcha "para alcanzar unas condiciones de vida mejores".+
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