Retorno de la violencia en Centroáfrica: Muertos y heridos en ataque a una Iglesia
Bangui (República Centroafricana) (AICA): Tras un período de relativa tranquilidad, en la tarde de este miércoles 28 de mayo, hombres armados, presuntamente pertenecientes a los ex rebeldes musulmanes Seleka, atacaron con granadas la iglesia de Nuestra Señora de Fátima, en la periferia de Bangui, capital de la República Centroafricana, matando a 15 personas, y dejando más de sesenta heridos. El arzobispo Dieudonné Nzpalainga anunció que entre las víctimas está el sacerdote, de 76 años, Paul Emile Nzale. ¨Desde hace días, hay enfrentamientos en este barrio¨, añadió el prelado.
Tras el ataque la ciudad quedó paralizada por los enfrentamientos que siguieron en un barrio céntrico de Bangui, habitado por musulmanes y cristianos. La mayoría de las carreteras que llevan a Bangui estaban cortadas por barricadas, levantadas en muchos casos con bloques de hormigón, neumáticos en llamas y pedazos de madera, y se veían columnas de humo negro en el cielo, en momentos en que un helicóptero sobrevolaba la capital.
La crisis centroafricana, que dejó miles de desplazados, se convirtió en un conflicto entre los ex rebeldes seleka, de mayoría musulmana, y los milicianos antibalaka, mayoritariamente cristianos. Los musulmanes son minoritarios en el país.
Aclarando un poco más la situación el sacerdote centroafricano Mathieu Bondobo, actualmente residente en Roma, explicó a Radio Vaticano que el de Centroáfrica es un conflicto político que corre el riesgo de convertirse en interreligioso. “Las confesiones religiosas debemos abrir los ojos para no dejarnos manipular por los políticos, porque falta poco para caer en esa trampa”.
La parroquia atacada, explicó, se encuentra en una zona muy cercana a un barrio donde ya se decía que se habían infiltrado algunos de los rebeldes. Esta parroquia, como todas las parroquias de Bangui, era un sitio de acogida. Por tanto, las personas que se sienten inseguras son atendidas, esa es la razón por la que además de cristianos, entre las víctimas había personas de otras religiones. Pero la propia iglesia no estaba protegida.
Esta masacre dio por terminado el clima de tranquilidad que se había respirado en el país en las últimas semanas. Ahora, afirma el padre Bondobo, “vuelve el miedo al corazón de las personas. Pero tenemos siempre esperanza, porque no tenemos alternativa: tenemos que llegar a la paz”.
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