San Carlos de Bariloche (Río Negro) (AICA): La diócesis de San Carlos de Bariloche contará desde este sábado 14 de junio con un nuevo sacerdote, luego de que el obispo diocesano, monseñor Juan José Chaparro, imponga las manos y pronuncie la plegaria consagratoria sobre el diácono Ricardo Belfiore, en una misa que se celebrará desde las 16 en la catedral Nuestra Señora del Nahuel Huapi. El ordenando reconoció la vocación ya de adulto, luego de misionar durante un tiempo en la provincia. Antes de su discernimiento, era odontólogo en la provincia de Córdoba.
El ordenando reconoció la vocación ya de adulto, luego de misionar durante un tiempo en la provincia. Antes de su discernimiento, era odontólogo en la provincia de Córdoba.
El obispado convocó a toda la comunidad diocesana a participar de este trascendental momento para la Iglesia que peregrina en esta zona de la provincia de Río Negro. En tanto, este viernes 13 de junio, un grupo de jóvenes se reunirá a las 19 en la parroquia María Madre de la Iglesia (calle 9 de Julio 780) para orar por el nuevo sacerdote y rezar por las vocaciones sacerdotales y religiosas.
Al término de la celebración, se agasajará a los presentes con un ágape a la canasta en el quincho de la parroquia Santo Cristo, ubicada en Onelli y 25 de Mayo.
Odontólogo, y ahora, sacerdote. Luego de que el obispo le imponga las manos, Belfiore será sacerdote, pero a la vez odontólogo. Con 44 años, ejerció hasta hace poco dicha profesión. Su camino de discernimiento comenzó unos diez años atrás, cuando veraneando en el sur conoció a monseñor Fernando Maletti, por entonces obispo de esta diócesis, que le propuso venir a misionar a Bariloche junto con otros miembros de su parroquia de Córdoba, de donde es oriundo.
De esta manera ingresó Belfiore a la diócesis, misionando en la Línea Sur, en Ramos Mexía. “No imaginaba que tiempo después descubriría que este era el lugar que Dios me tenía preparado para que se cumpliera su ‘proyecto’ en mi vida”, expresó en estos días previos a su consagración.
Luego de un prolongado camino de discernimiento en compañía del presbítero Juan José Ribone, hoy fallecido, la Providencia lo condujo de nuevo a Bariloche, donde el sacerdote con el que misionaba se encontraba de misión, cedido por la arquidiócesis de Córdoba. “Me dijo que el obispo Maletti sabía mi situación y que si yo quería hablara con él. Así lo hice y comenzamos el diálogo vocacional que terminó en mi ingreso al seminario patagónico San Pedro y San Pablo en 2006”, resume.
Tras 6 años de formación en el seminario patagónico San Pedro y San Pablo, en el barrio porteño de Villa Devoto, Belfiore realizó un año de tareas pastorales en Pilcaniyeu y Comallo. Actualmente cumple su misión en la parroquia María Madre de la Iglesia, de San Carlos de Bariloche, y viaja a Ñorquinco cada 15 días para atender a la población de los parajes de la zona.
En la actualidad, la diócesis cuenta sólo con dos vocaciones: la del mencionado y la de Adrián Patricio Stanizzo, quien se encuentra en el sexto año de formación.
Belfiore asegura que Dios llama: “Hay alguien más allá que te va enamorando, te seduce y en un momento llena toda tu vida. Vocaciones hay, pero lo que le falta a los jóvenes es perseverar en las pruebas, algo muy propio de la crisis de nuestro tiempo. Ante la más mínima dificultad, lo que nos sale más fácil es decir ‘yo me voy’, y esto pasa en todo… se ve en las carreras universitarias, en el matrimonio, en todas las realidades. Todos le escapamos al compromiso cuando las papas queman. Pero Dios sigue llamando, y sigue enamorando”.
Para quienes estén pensando que tal vez tengan vocación, agregó, citando a Juan Pablo II: “No tengan miedo, la causa de Jesucristo vale la pena”.+
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