Escuchamos muchas palabras pero vemos pocas realizaciones, dijo el papa Francisco
Ciudad del Vaticano (AICA): ¨Todo vuestro servicio toma sentido y forma de esta palabra: ´misericordia´, palabra latina cuyo significado etimológico es ´miseris cor dare´, ´dar el corazón a los pobres´¨, ha indicado el Santo Padre. Además, ha observado que eso es lo que ha hecho Jesús: ¨ha abierto su Corazón a la miseria del hombre. El Evangelio tiene muchos episodios que presentan la misericordia de Jesús, la gratuidad de su amor por los que sufren y los débiles¨.
Así se expresó el papa Francisco al hablarle esta mañana en la plaza de San Pedro a los 60.000 miembros de la Confederación Nacional de las Misericordias y de los grupos donantes de sangre “Fratres”, de Italia.
Tras unos 20 minutos de recorrida por la plaza en el jeep descubierto, saludando a los presentes, el pontífice pronunció un discurso en el que manifestó su “aprecio por la importante labor que realizan ustedes en favor del prójimo que sufre".
Francisco recordó que las "Misericordias", antigua expresión del laicado católico y bien arraigado en el territorio italiano, están comprometidas en testimoniar el Evangelio de la caridad entre los enfermos, los ancianos, los discapacitados, los menores, los inmigrantes y los pobres.
El papa señaló que de los episodios evangélicos podemos recoger "la cercanía, la bondad, la ternura con la que Jesús se acercaba a las personas que sufren y las consolaba, las aliviaba y a menudo las curaba", e invitó a seguir el ejemplo de nuestro Maestro: "estamos llamados a hacernos cercanos, a compartir la condición de las personas que encontramos. Es necesario que nuestras palabras, nuestros gestos, nuestras actitudes expresen solidaridad, la voluntad de no permanecer extraños al dolor de los otros, y esto con calor fraterno y sin caer en ninguna forma de paternalismo".
Asimismo, el Papa observó que tenemos a disposición muchas informaciones y estadísticas sobre las tribulaciones humanas y la pobreza. Por eso, advirtió, "se corre el riesgo de ser espectadores informadísimos y desencarnados de esta realidad, o de hacer buenos discursos que se concluyen con soluciones verbales y una retirada respecto a los problemas reales".
"Demasiadas palabras, demasiadas palabras, demasiadas palabras y no se hace nada, esto es un riesgo. No es de ustedes. ¡Ustedes trabajan bien!", reconoció el Papa, y dijo que cuando él escucha conversaciones entre personas que conocen las estadísticas y le dicen "¡qué barbaridad, padre!", Francisco se pregunta: "¿y qué hacés vos por esta barbaridad? Nada, hablo. Pues esto no remedia nada". A propósito, el Santo Padre advirtió que "palabras hemos escuchado muchas, lo que necesitamos es trabajar, el testimonio cristiano, ir donde están los que sufren, acercarse como Jesús lo hizo".
De ahí la invitación de Francisco de imitar a Jesús: "Él va por los caminos y no ha planificó ni a los pobres, ni a los enfermos, ni a los inválidos que cruza en el camino; pero con el primero que se encuentra se para, convirtiéndose en presencia que socorre, signo de la cercanía de Dios que es bondad, providencia y amor".
Finalmente, dijo a presentes que su actividad se inspira en las siete obras de misericordia corporal, como le gusta llamarlas: "dar de comer a los hambrientos, vestir a los desnudos, alojar a los peregrinos, visitar a los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los muertos". Y así, Francisco los animó a llevar adelante con alegría su acción y a "modelarla sobre la de Cristo, dejando que todos los que sufren puedan encontrarlos y contar con ustedes en el momento de la necesidad".+
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