La diócesis de Quilmes celebró la ordenación de un nuevo diácono



Berazategui (Buenos Aires) (AICA): El viernes 20 de junio por la tarde, en la parroquia Sagrada Familia de Berazategui, el obispo de Quilmes, monseñor Carlos José Tissera, confirió el orden del diaconado al seminarista Luis Eduardo Gómez, de 41 años, quien se prepara para ejercer el sacerdocio ministerial. En su homilía, monseñor Tissera reflexionó sobre “cómo ser diáconos al estilo de Jesús”, e invitó al ordenando a contemplar las actitudes del Señor reflejadas en su Palabra.

El viernes 20 de junio por la tarde, en la parroquia Sagrada Familia de Berazategui, el obispo de Quilmes, monseñor Carlos José Tissera, confirió el orden del diaconado al seminarista Luis Eduardo Gómez, de 41 años, quien se prepara para ejercer el sacerdocio ministerial.

En su homilía, monseñor Tissera reflexionó sobre “cómo ser diáconos al estilo de Jesús”, e invitó al ordenando a contemplar las actitudes del Señor reflejadas en su Palabra: “Hoy se nos presenta a Jesús dando ánimo a la gente, consolando a afligidos, curando a los enfermos, entusiasmándolos con su enseñanza e invitándolos a confiar en el dueño de los sembrados. El Señor da ánimo y nos enseña a hacerlo”.


El obispo explicó que el estilo de Jesús lleva a vivir “un amor que es fiel aun cuando algunos nos rechacen, cuando se nos burlen, cuando no nos acepten como somos, o no respeten nuestra libre elección”, y a ser fieles “cuando nuestro corazón en ocasiones se ‘empaca’ y no quiere mantenerse en el ‘sí’ que un día dimos para siempre”.


Monseñor Tissera afirmó que del obispo, del sacerdote y del diácono se espera la presencia, la compasión y la solidaridad, e invitó al seminarista a conducirse de igual modo.


“Eduardo, serás ordenado diácono en vistas también de tu futuro presbiterado –expresó el obispo-. Por eso, tu diaconado se ve enriquecido al elegir una vida célibe, al estilo de Jesús. Esto nos lleva a ser personas de profunda fe que va de la mano de la humildad, pero no menos de la mano del amor. Ser célibe no significa menos amor, sino un amor grande y generoso como respuesta a Jesús que nos llama a seguirlo, dando la vida con alegría y sencillez en lo cotidiano”.


Finalmente, monseñor Tissera destacó la alegría espiritual del neodiácono y lo alentó a tener siempre presente en su corazón a los humildes y sufrientes, los preferidos de Jesús.+


Texto completo de la homilía



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