Quilmes (Buenos Aires) (AICA): El 23 de septiembre se conmemora el Día Mundial contra la Trata de Personas, una jornada dedicada a prevenir y alertar sobre este crimen y mostrar solidaridad con las víctimas. Con el objetivo de concientizar a las personas sobre esta problemática, el departamento de Trata de Personas y delitos conexos del obispado de Quilmes recordó que los casos más comunes de tráfico están vinculados a la explotación sexual, los casamientos serviles y varias formas de trabajo esclavo y forzado, mendicidad, abusos y remoción de órganos.
Esta fecha fue elegida en la Conferencia Mundial de Coalición contra el Tráfico de Mujeres, celebrada en 1999 en Daca, Bangladesh, y recuerda la promulgación de la primera ley que permitió castigar los casos de prostitución y corrupción de menores de edad.
Con el objetivo de concientizar a las personas sobre esta problemática, el departamento de Trata de Personas y delitos conexos del obispado de Quilmes recordó que los casos más comunes de tráfico están vinculados a la explotación sexual, los casamientos serviles y varias formas de trabajo esclavo y forzado, mendicidad, abusos y remoción de órganos.
“Hablar de derechos humanos para una comunidad de fe es hablar del mismo misterio y gloria de Dios revelados en el ser humano, creado a su imagen y semejanza. La fuente última de los derechos humanos, en efecto, no se encuentra en la voluntad de los seres humanos, de los poderes públicos o del Estado, sino en las mujeres y hombres mismos y en Dios, su Creador”, recordaron desde la diócesis.
El departamento de Trata de Personas y delitos conexos instó a trabajar para anunciar el fundamento cristiano de los derechos humanos y denunciar cualquier violación de la dignidad de las personas. Alentaron a estar “libres de ataduras”, disponibles y comprometidos para actuar con audacia para “superar los miedos y jugarnos por las causas justas”.
Asimismo, el área mencionada reafirmó su compromiso para trabajar por la “liberación personal, comunitaria y social” para lograr una vida digna para todos, siempre con la alegría del seguimiento a Jesús.
“La trata de personas es una de las peores violaciones a los derechos humanos. Es la esclavitud de los tiempos modernos. Cada año, miles de personas, principalmente mujeres y niños, son explotadas por criminales y obligados a trabajos forzosos y al comercio sexual. Nuestro país no está exento, ya sea como origen, tránsito o destino”, advirtieron.+
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