El Papa en Albania: nunca usar a Dios ni a la religión como pretexto para la violencia
Tirana (Albania) (AICA): El papa Francisco comenzó esta mañana su visita a Tirana (Albania); se trata de su cuarto viaje apostólico y el segundo de un pontífice al “País de las Águilas”. El Santo Padre llegó a Tirana a las 9 y fue recibido en el aeródromo dedicado a la Madre Teresa por los representantes de las autoridades religiosas y civiles. Desde allí se trasladó en automóvil al Palacio Presidencial de Tirana, donde tuvo lugar la ceremonia de bienvenida y fue recibido por el presidente albanés Bujar Nishani. En el discurso que dirigió a los presentes, el Santo Padre habló del camino de Albania hacia la recuperación de sus libertades civiles y religiosas, alertó de la instrumentalización de las diferencias entre las religiones y elogió la convivencia pacífica y la colaboración entre los componentes de diversos credos en la tierra albanesa.
El Santo Padre, que salió del aeropuerto romano de Fiumicino a las 7.30, llegó a Tirana a las 9 y fue recibido en el aeródromo dedicado a la Madre Teresa por los representantes de las autoridades religiosas y civiles, entre ellas el nuncio apostólico en Albania, el arzobispo Ramiro Moliner Inglés y el primer ministro albanés Edi Rama.
Desde allí se trasladó en automóvil al Palacio Presidencial de Tirana, donde tuvo lugar la ceremonia de bienvenida y fue recibido por el presidente albanés Bujar Nishani. Después de un breve coloquio entre ambos, el presidente acompañó al Papa al Salón Scanderberg donde tuvo lugar su encuentro con las autoridades, el cuerpo diplomático y algunos líderes religiosos del país.
En el discurso que dirigió a los presentes, el Santo Padre advirtió que nunca puede usarse a Dios ni a la religión como pretexto para la violencia, este domingo en su primer discurso pronunciado en Albania.
“Que nadie piense que puede escudarse en Dios cuando proyecta y realiza actos de violencia y abusos –dijo-. Que nadie tome la religión como pretexto para las propias acciones contrarias a la dignidad del hombre y sus derechos fundamentales, en primer lugar el de la vida y el de la libertad religiosa de todos”.
Francisco afirmó que “la convivencia pacífica entre las diferentes comunidades religiosas es un bien inestimable para la paz y el desarrollo armonioso de un pueblo” y puso de Albania como ejemplo de país de “convivencia pacífica y fructífera entre personas y comunidades que pertenecen a religiones distintas”.
“El clima de respeto y confianza recíproca entre católicos, ortodoxos y musulmanes es un bien precioso para el país y que adquiere un relieve especial en este tiempo en que, de parte de grupos extremistas, se desnaturaliza el auténtico sentido religioso y en que las diferencias entre las diversas confesiones se distorsionan e instrumentalizan, haciendo de ellas un factor peligroso de conflicto y violencia, en vez de una ocasión de diálogo abierto y respetuoso y de reflexión común sobre el significado de creer en Dios y seguir su ley”, dijo.
Para el Papa, la convivencia entre creyentes de distintas religiones es “un valor que hay que custodiar y hacer crecer cada día, a través de la educación en el respeto de las diferencias y de las identidades específicas abiertas al diálogo y a la colaboración para el bien de todos, mediante el conocimiento y la estima recíproca” y “un don que se debe pedir siempre al Señor en la oración”.
En su discurso al presidente y el cuerpo diplomático de Albania, el Papa destacó los grandes avances logrados en las últimas décadas por Albania, donde “tras el invierno del aislamiento y las persecuciones, ha llegado por fin la primavera de la libertad” y se ha consolidado el pluralismo democrático y han mejorado las condiciones de vida, dijo.
“La Iglesia católica, por su parte, ha podido retomar una existencia normal” y su presencia y su acción “es percibida justamente como un servicio no sólo para la comunidad católica sino para toda la Nación”, añadió.
Sin embargo, señaló también “nuevos desafíos a los que hay que responder”, destacando que “el desarrollo no será auténtico si no es también sostenible y ecuo, es decir, si no tiene en cuenta los derechos de los pobres y no respeta el ambiente”.
“A la globalización de los mercados es necesario que corresponda la globalización de la solidaridad; el crecimiento económico ha de estar acompañado por un mayor respeto de la creación; junto a los derechos individuales hay que tutelar los de las realidades intermedias entre el individuo y el Estado, en primer lugar la familia”, declaró Francisco.
El Papa afirmó que “el respeto de los derechos humanos, entre los cuales destaca la libertad religiosa y de pensamiento, es condición previa para el mismo desarrollo social y económico de un país”.
Y aseguró que “cuando se respeta la dignidad del hombre, y sus derechos son reconocidos y tutelados, florece también la creatividad y el ingenio, y la personalidad humana puede desplegar sus múltiples iniciativas en favor del bien común”.+
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