Mons. Chaparro alienta a construir el Reino con el prójimo
San Carlos de Bariloche (Río Negro) (AICA): El obispo de San Carlos de Bariloche, monseñor Juan José Chaparro CMF, compartió una reflexión sobre el evangelio dominical de la fiesta de Cristo Rey, y propuso tener en cuenta la imagen del pastor, que en este tramo del evangelio se manifiesta compasivo, preocupado y dedicado al rebaño.
"La imagen del pastor manifiesta que Dios es fundamentalmente compasión, preocupación, dedicación, amor… y que por esa razón va a juzgar al fin de los tiempos sobre el amor. Es decir: en qué medida nos hacemos cargo de los demás", explicó el obispo.
Monseñor Chaparro advirtió que la preocupación del pastor por su rebaño se debe manifestar en una atencón al enfermo, al preso, al hambriento, al ignorante, al adicto. Aunque esta preocupación se deba traducir en actitudes y acciones personales, monseñor Chaparro advirtió que "los datos nos dicen que el mundo crece en desigualdad e injusticia y por lo tanto, en la práctica, en una indiferencia que margina cada vez más".
"Lo que Jesús vino a proponer, y mostrar en su vida, es una nueva manera de vivir y convivir entre los seres humanos y con la creación entera. Eso es el Reino. Y aunque la muerte injusta es un aparente fracaso de su propuesta, la esurrección grita que lo realizado por Jesús es valioso a los ojos del Padre y da frutos", analizó el prelado.
"Ese Reino -agregó- crece en el corazón de los que aman, estén o no en la Iglesia. Es hermoso ver cuánta gente solidaria existe, cuántos engendran organizaciones al servicio de la vida, el cuidado de la creación… allí está despuntando el Reino".
Monseñor Chaparro aseguró que la Iglesia está llamada a ser un signo de ese Reino, sin ser mundana, sin olvidarse del hermano.
"Esta mundanización se dio y se da cuando la Iglesia, las comunidades, equipos, repiten el estilo de la sociedad, que muchas veces margina, da oportunidades a algunos con sobreabundancia y a otros les priva de lo mínimo, aparecen algunos como privilegiados y otros sacudidos, golpeados, oprimidos por toda clase de carencias y privaciones", reconoció el obispo.
"Por supuesto que la Iglesia no es una ONG, sino que creemos en el Dios que su Hijo nos reveló y que merece ser alabado, bendecido y glorificado. Pero aquí es donde recordamos aquello de san Ireneo: 'la gloria de Dios es que el hombre viva'. Sobre todo cuando Jesús dice tan claramente que lo que hacemos al hermano lo hacemos con Él", concluyó el prelado.+
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