El obispado de Morón establece normas para el sostenimiento de los sacerdotes




Morón (Buenos Aires) (AICA): El obispado de Morón estableció una serie de normas para el sostenimiento de los sacerdotes, a fin de encontrar una solución estable para las dificultades económicas que muchos encuentran y, asimismo, fomentar el espíritu de corresponsabilidad en la vida y en la actividad eclesial. Las parroquias deberán abonar una remuneración equivalente al 40 por ciento de un sueldo básico docente y los establecimientos educativos abonarán los aportes de la obra social y a la jubilación.

El obispado de Morón estableció una serie de normas para el sostenimiento de los sacerdotes, a fin de encontrar una solución estable para las dificultades económicas que muchos encuentran y, asimismo, fomentar el espíritu de corresponsabilidad en la vida y en la actividad eclesial.

Luego de tratar el asunto en el Consejo Presbiteral y en las reuniones de los sacerdotes por decanatos, el obispado determinó que cada Parroquia debe asumir la responsabilidad del mantenimiento de sus sacerdotes (párroco, vicario parroquial, sacerdotes residentes con tarea pastoral), asegurando una remuneración equivalente al 40 por ciento de un sueldo básico docente reajustable de acuerdo a la actualización legal del mismo.


Asimismo, se estableció que cada parroquia deberá proveer a los sacerdotes lo necesario para vivir dignamente en la parroquia (vivienda, luz, agua, gas, servicio de cocina y limpieza), mientras que el sacerdote asume por su parte el costo de los alimentos e insumos.


A su vez, los establecimientos educacionales diocesanos abonarán el aporte de la obra social y jubilatorio de uno o más sacerdotes –de acuerdo a las necesidades–, aportando al sueldo básico correspondiente. Los decanos serán los encargados de mediar entre el sacerdote y la institución educativa, la cual puede no pertenecer al mismo decanato.


Las parroquias, sin excepción, aportarán un 5 por ciento más al aporte ordinario que realizan mensualmente al obispado, que pasará a ser del 10 por ciento de sus ingresos brutos. Este aporte será destinado a completar la remuneración que algunas parroquias no puedan realizar, o bien para sacerdotes que no tengan otros ingresos.


Los sacerdotes decanos (o un equipo de cinco sacerdotes elegidos en los decanatos) serán los encargados de determinar a quién y cuánto se le debe abonar, lo que se ejecutará desde el economato del obispado, que abrirá una cuenta bancaria especial para depositar este “Fondo para el mantenimiento de los sacerdotes”.


El obispado también estableció que las parroquias solventen el pago de la Mutual San Pedro y Fides a los sacerdotes de su comunidad. También deberán presentar al obispado un balanca semestral aprobado debidamente por el Consejo de Asuntos Económicos de la parroquia o entidad similar.


Por su parte, los sacerdotes abonarán voluntariamente a un “Fondo Solidario Sacerdotal”, administrado por los decanos y destinado a situaciones de emergencia o necesidad grave de algún presbítero.


Desde el obispado recordaron que la Iglesia es una comunión, y este concepto no sólo se reduce a una espiritualidad y a un estilo pastoral, sino que tiene también consecuencias a nivel organizativo e institucional.


“La comunión se expresa en gestos y actitudes concretas, y uno de los aspectos que no podemos olvidar, muchas veces descuidado, es el del mantenimiento de los sacerdotes”, explicaron en la curia local. Por eso, indicaron que “cada comunidad tiene la obligación de asumir esta responsabilidad, desde el momento en que cuenta con un sacerdote que dedica todo su tiempo a la atención pastoral de la misma”.+



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