Puerto Iguazú (Misiones) (AICA): Cientos de peregrinos venidos de distintos lugares de la diócesis participaron de la fiesta de la Divina Misericordia en el santuario diocesano con esa advocación, donde el obispo de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Raúl Martorell, presidió la misa. A lo largo de la jornada hubo numerosas confesiones y el prelado precisó que la misericordia de Dios no consiste sólo en experimentar el perdón de los pecados cometidos sino que la misericordia de Dios se expresa en acciones que dignifican y ayudan a vivir mejor toda realidad humana.
Desde temprano empezaron a llegar ómnibus, combies y automóviles trasladando a los devotos.
Las manifestaciones de gracia más notables fueron las numerosas confesiones que tuvieron lugar desde las 7 hasta bien entrada la tarde y las numerosas gracias sacramentales recibidas, contadas por los peregrinos, quienes resaltaron unánimemente la paz y la alegría experimentadas durante toda la fiesta.
En la homilía, monseñor Martorell relacionó la alegría de la Pascua con la alegría por la misericordia de Dios, ambas fruto del infinito amor de Dios por nosotros, al afirmar que “la Pascua es el gesto más grande de la misericordia divina por el cual Jesús devuelve al Padre todas las dimensiones del ser humano y la Creación toda y devuelve al ser humano la eternidad que había perdido por el pecado”.
El prelado explicó que la misericordia de Dios no consiste sólo en experimentar el perdón de los pecados cometidos sino que la misericordia de Dios se expresa en acciones que dignifican y ayudan a vivir mejor toda realidad humana. Asimismo, llamó a volver a creer en la misericordia de Dios para librarnos de los males y sufrimientos que acontecen cuando el hombre no tiene a Dios en su corazón y lo manifiesta en su vida.
Hubo presencia notoria de peregrinos de localidades tales como Puerto Piray, San Pedro, Garuhapé, Esperanza, Wanda, Libertad, Eldorado y otros remotos lugares.+
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