Recrudece el conflicto en Alepo: Más muertos por bombardeos a barrios cristianos
Alepo (Siria) (AICA): “La situación en Alepo empeoró, la ciudad asiste a una progresiva escalada militar frente a una población civil, cristianos y musulmanes que está cansada de la guerra, y también cansada de estos terribles actos de violencia”, expresó monseñor George Abou Khazen, vicario apostólico de Alepo para los Latinos a Asianews y denunció que “intereses regionales e internacionales mantienen vivo el conflicto, enviando armas y municiones siempre más potentes y letales”. Al menos 12 los muertos entre los cristianos, fue el saldo de los bombardeos “pero todavía hay más cadáveres entre los escombros”.
Decenas son las víctimas cristianas en los ataques de los últimos días. Fuentes locales refieren que el lanzamiento de misiles cayó en gran parte entre el viernes 10 y el sábado 11 abril en los distritos de Alepo, donde es más fuerte la presencia de los cristianos. Los misiles en esos barrios, controlados por el gobierno, causaron al menos 20 muertes, “pero todavía hay más cadáveres entre los escombros”, afirma monseñor Khazen.
Los salesianos de Medio oriente, denunciaron la muerte de 2 hermanos cristianos, Anwar Samaan y Misho Samaan, junto a su madre, provocada por un misil que explotó en su casa, el pasado 10 de abril. Dos días más tarde, el 12 un ataque aéreo de la aviación siria destruyó una escuela en un barrio de Alepo en manos de los rebeldes, matando a 5 niños, 3 maestras y a un hombre.
En respuesta en un barrio de Alepo controlado por los rebeldes 135 institutos educativos y los mercados de barrio están cerrados desde hace una semana. Testigos locales refieren que las personas están “más asustadas” de lo normal y decenas de familias dejaron sus casas en busca de refugio en los campos de prófugos en Turquía o fueron evacuados en los alrededores de la misma Alepo.
El aumento del conflicto involucró también a los barrios cristianos, que registran numerosas víctimas y muchos heridos graves. “Durante la noche tras el viernes y el sábado pasado, en la finalización de la Pascua ortodoxa-cuenta el vicario de Alepo- los barrios cristianos fueron bombardeados con armas pesadas, misiles jamás vistos hasta ahora, cohetes largos hasta 3 metros”.
Para el prelado “es una cosa nueva, por su enorme fuerza destructiva”, mientras que hasta ahora estábamos acostumbrados a balas y ataques con morteros. Hemos visto edificios de cinco pisos destruidos, edificios tirados al piso, gente que tenía miedo de salir a la calle y se quedó encerrada. Jamás vi algo por el estilo”.
Los ataques continuaron también en los días sucesivos. “La noche pasada -continúa monseñor George- vivimos momentos terribles cerca del obispado, milicianos y el ejército regular que combatían entre ellos. Pero no sabemos por qué ahora pusieron la mira también en los civiles”.
En los últimos días, atacaron iglesias y escuelas, cerradas por la festividad de Pascua. “Ahora las abrieron, agrega el prelado, pero el peligro de nuevos ataques permanece” y también los institutos educativos ahora son objetivos sensibles.
La comunidad internacional en vez de ayudar envía armas
Los obispos católicos elevaron un pedido a la comunidad internacional, para que intervengan para terminar con el conflicto.
Sin embargo, agrega el vicario, es justamente la comunidad internacional, son las potencias en el campo (Estados Unidos, Arabia saudita, Turquía y Francia las que proveen las ramas, combatientes, adiestramiento militar e ideológico) que “soplan sobre el conflicto y entregan armas más pesadas y letales a los combatientes”.
“Estamos cansados de la guerra, no envíen más armas” pidió el prelado, para quien lo que se está realizando allí es “un proyecto pensado” para “erradicar a los cristianos” de Siria, de Irak y del Medio Oriente.
“Bombas y misiles -agrega- no están hechos para hacer cosquillas, sino para matar” y para hacer caer el mosaico de convivencia y sentimientos comunes como era Siria antes de la guerra, donde cristianos y musulmanes “vivían unidos y sin tensiones de naturaleza confesional”.
Agradeciendo al Papa Francisco por los pedidos en favor de los cristianos perseguidos en Medio oriente, el vicario cuenta que en Alepo la Iglesia continúa los proyectos de acogida y ayuda a las víctimas de la guerra, cristianos y musulmanes, en condiciones que se hacen cada vez más difíciles.
“En el pasado distribuimos comida y ropa. Ahora estamos preparando centros de acogida en las parroquias porque queremos encontrar un refugio para quienes abandonaron sus casas, atacadas por los misiles. Las puertas están abiertas para cristianos y musulmanes, como siempre lo hicimos”.
“Esta es la belleza de Siria, el diálogo y la acogida entre personas de religión diversa, que los combatientes provenientes del extranjero y embebidos de ideología, quieren destruir”, concluyó.+
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