El "cura villero", de 51 años, actualmente párroco en Villa La Carcova, de la diócesis de San Martín, consideró que “falta decisión en la sociedad” y “muchas veces se piensa que el Estado solucionará el tema como si tuviera una varita mágica”.
El padre Pepe fue consultado por AICA sobre la acuciante preocupación que provoca la drogadependencia y el narcotráfico en coincidencia con el Día Internacional contra el Uso Indebido y el Tráfico ilícito de drogas, que Naciones Unidas estableció para el 26 de junio.
En el plano eclesial, el presbítero considera que la tarea pasa por ayudar a los jóvenes y a quienes caen en las redes de la droga y el narcotráfico a encontrar un sentido a la vida y fomentar espacios de encuentro y de promoción. También consideró que la Pastoral de Adicciones debe trabajarse de un modo más orgánico y en relación con otras áreas.
Para el sacerdote, la droga “está en todos lados”, y más aún donde la marginalidad sacude a los barrios.
¿Qué mensaje quiere transmitir la Comisión Nacional de Drogadependencia en esta jornada?
- Pienso que esta es una jornada que nos debe hacer reflexionar sobre el drama que vive la sociedad y también, como Iglesia, tenemos que pensar qué hacer frente al desafío de abrir caminos de prevención y de recuperación.
Nosotros colocamos las adicciones como un camino espiritual, que no tiene que ver tanto con ir a misa o al culto, sino con encontrar el sentido de la vida; cada uno tendrá su práctica religiosa, pero qué importante es ayudar a encontrarle sentido a la vida. Es una tarea que desde las parroquias y escuelas de la Iglesia debemos hacer, porque es una ayuda inestimable.
¿Falta “decisión política” para erradicar las drogas, como vienen diciendo esta semana los obispos?
- Haría una crítica más amplia. Falta que el tema se hable adecuadamente y se puedan buscar caminos legislativos o de ejecución para realizar políticas más amplias. No solamente podemos hablar de la decisión política, sino de la decisión de la sociedad de acompañar este tema.
Muchas veces se piensa que el Estado va actuar como si tuviera una varita mágica y enseguida se solucionará el tema. La sociedad civil tiene que tomar como propio este problema: una escuela, un club o una radio son lugares de encuentro comunitario que tienen que ayudar a esto. Hay un círculo virtuoso que debe girar en torno al club, a la parroquia, a la escuela o la familia y tenemos que restablecerlo. No basta con medidas judiciales o políticas.
¿Qué se está haciendo desde la Iglesia?
- Desde la Comisión de Drogadependencia hemos dado un paso muy importante al federalizar la integración: ahora está formada por gente del interior. Estamos proyectando un encuentro para noviembre al que vendrán delegaciones y empezaremos a trabajar en una pastoral más orgánica para que las diócesis den una misma respuesta frente a este problema.
Según tu experiencia, ¿es posible indicar una ciudad o zona más golpeada por el narcotráfico?
- Allí donde hay marginalidad, la droga se hace presente. La droga está en todos lados.
¿Han tenido reuniones con el nuevo titular de la Sedronar, Gabriel Lerner? ¿Qué le han manifestado?
- Conozco a Gabriel desde la Villa 20, de Barracas. Él estuvo muy comprometido con el tema de las adicciones desde la Comisión de Derechos Humanos de la villa y eso me trae mucha esperanza. Esperamos pronto tener una reunión con él.+
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