“En un tiempo excepcional en el que miles de prófugos buscan refugio de la guerra y la persecución, seguir afrontando el desafío sosteniendo al mismo tiempo las iniciativas humanitarias para hacer que las condiciones de vida en los países de origen sean más soportables”, alentó.
Francisco les pidió asegurar que en las instituciones se cuide el perfil católico, en referencia a la disminución de la participación en la misa dominical y de la vida sacramental en regiones de tradición católica.
Asimismo, los exhortó a “superar la resignación que paraliza” inspirándose “en la vida de los primeros cristianos”.
En el mensaje que les entregó a los obispos alemanes, el Papa recordó que “la Iglesia no es un sistema cerrado” y enfatizó: “la Iglesia está viva”. “Es el cuerpo de Jesús”, agregó según resumió Radio Vaticana.
Tras plantear la necesidad de que las estructuras de la Iglesia se vuelvan más misioneras, se refirió al Año de la Misericordia que abrirá el 8 de diciembre.
El Papa alentó a los obispos alemanes a hacer “redescubrir el sacramento de la penitencia y reconciliación”, sin dejar de resaltar el íntimo nexo entre Eucaristía y sacerdocio, y subrayó que la Iglesia nunca se debe de cansar de ser “abogada de la vida humana que debe protegerse desde el momento de la concepción hasta la muerte natural”.+
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