El pontífice llegó al campo de refugiados y fue recibió por un grupo de niños que mostraban carteles de bienvenida.
Francisco recorrió el campo de refugiados y se detuvo a saludar a la gente, custodiado por efectivos de los Cascos Azules.
Una mujer, del Centro San Juan XXIII, le manifestó la alegría y la felicidad de los presentes por su visita para “compartir nuestra angustia y nuestra esperanza” y destacó la ayuda que reciben esta parroquia de la capital centroafricana.
Francisco saludó a los presentes en italiano e hizo referencia a los carteles que tenían los niños: paz, perdón, amor.
“Debemos trabajar, rezar y hacer de todo por la paz”, reclamó y agregó que la paz sin amor, sin amistad, sin tolerancia, sin perdón, no es posible.
El Papa aseguró que “cada uno de nosotros debe hacer algo” y deseo a los presentes y a todos los centroafricanos “una gran paz entre ustedes”.
“Que puedan vivir en paz, cualquiera que sea la etnia, la cultura, la religión, la clase social, pero todos en paz”, agregó e invitó a los refugiados a gritar varias veces: "¡Todos somos hermanos!”.
La República Centroafricana sufre una de las más grandes crisis humanitarias de África, donde hay cerca de 440 mil refugiados dentro del país y otros 450 mil refugiados en los países fronterizos.+
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