Poco antes de llegar, el pontífice se detuvo en una escuela en la que saludó a algunos niños.
"Cristianos y musulmanes somos hermanos. Tenemos que considerarnos así, comportarnos como tales", pidió en el templo islámico.
Francisco advirtió que los últimos sucesos y la violencia que golpearon al país “no tuvieron un fundamento precisamente religioso", porque la violencia "desfigura el rostro de Dios".
“Dios es paz”, recordó.
El Papa agradeció los numerosos gestos de solidaridad que cristianos y musulmanes han tenido hacia sus compatriotas de otras confesiones religiosas. E indicó que confía "en que las próximas consultas nacionales den al país unos representantes que sepan unir a los centroafricanos, convirtiéndose en símbolos de la unidad de la nación".
Mauro Garofalo, de la comunidad católica de San Egidio, aseguró que la comunidad musulmana esperaba al Papa con fervor y esperanza.
"Puede ver las esfuerzos de los jóvenes musulmanes del barrio estos últimos días, y también de los responsables religiosos y políticos, para renovar el barrio. Organizaron grupos de autovigilancia”, dijo a la prensa.
Las inmediaciones de la mezquita son escenario de choques armados entre los Seleka, milicianos musulmanes, y los milicianos chretkens y animistas, los anti-balaka.+
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