Con este acto la Fundación cierra oficialmente las actividades culturales y educativas llevadas a cabo durante el corriente año y que en esta oportunidad se presentarán la edición de dos cursos del recordado profesor Emilio Komar: Enseñanza y vida interior y El espíritu de pobreza a la luz del pensamiento contemporáneo.
Emilio Komar
El doctor Komar nació en Liubliana, capital de Eslovenia, el 4 de junio de 1921. En 1943 recibió el título de doctor en Derecho por la Universidad de Milán, Italia. Pero su vocación era la Filosofía, que comenzó a estudiar en Liubliana y luego en Turín, Italia.
En 1948 llegó con su esposa y dos de sus hijas a la Argentina. En el Instituto del Profesorado del Consejo Superior de Educación Católica habilitó su título de profesor de Filosofía y Pedagogía.
Muy pronto comenzó a dar clases de filosofía y lenguas clásicas en distintos institutos. (Grafotécnico de la Obra Cardenal Ferrari, Instituto de Cultura Religiosa Superior, Instituto de Cultura Hispánica, Instituto Superior del Profesorado del Sagrado Corazón, Instituto del Profesorado del Consudec).
Fue profesor del Seminario de San Isidro desde su fundación. Dictó cursos de filosofía para psiquiatras y psicólogos en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, en el Instituto Jackson, en la Fundación Argentina para la Salud Mental, y en la Fundación Arché. También dio cursos para economistas y abogados en diversas asociaciones, y numerosos cursos privados para distintos grupos de profesionales.
En la Universidad Católica Argentina fue profesor de Historia de la Filosofía Moderna desde 1960, y de Ética desde 1971, ambas hasta su retiro en 1998. Fue decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la UCA durante los años 1981 y 1982.
Komar introdujo en la Argentina, en la década del cincuenta, a importantes pensadores católicos europeos, como Edith Stein, Romano Guardini, Josef Pieper y Etienne Gilson.
La riqueza de pensamiento de Emilio Komar, con un fluir de temas y problemas prácticamente inagotable, y el hecho de ser, además y fundamentalmente, un maestro, explica que sólo una parte de su pensamiento haya llegado a volcarse en la expresión escrita, manteniéndose el curso oral como su mejor manera de comunicación.
La fecundidad y la magnitud del magisterio de Komar se manifestó en más de trescientos cursillos a los que asistieron unos treinta mil oyentes que se convirtieron luego en sus seguidores. Tal era el carisma de su magisterio.
Para mayor información contactarse con Sabiduria Cristiana+
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