El prelado afirmó que "sin preparación nunca llegamos a una vivencia profunda en celebración de los misterios de la vida de Cristo. No somos espectadores, sino destinatarios y partícipes personales de su vida".
"En Adviento la Iglesia quiere ayudarnos a disponer nuestra inteligencia y nuestro corazón, porque no se puede amar y vivir lo que no se conoce", sostuvo.
En este sentido, el arzobispo santafesino consideró importante "conocer esa historia del amor de Dios que ha venido hacia nosotros y llegó a su plenitud en Jesucristo. Ello nos permite descubrirnos en este camino de Dios".
"Si creemos que Dios nos habla, lo primero es escucharlo en una lectura confiada y discipular de su Palabra. Así, la Iglesia, nos va ir presentado este camino en la liturgia de Adviento", precisó.
Monseñor Arancedo insistió en afirmar que "Adviento es tiempo de prepararnos a escuchar su voz, meditarla y dar una respuesta que oriente nuestra vida".
"El Señor no obliga, está a la puerta y llama, está en nosotros abrirla para que él entre. Cuando esto sucede todo cambia, comenzamos a vivir nuestra vida con la luz de una presencia que da sentido a todo lo que hacemos. El signo de su presencia es la alegría y la paz", concluyó.+
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