Mons. D’Annibale anima a vivir confiados en Dios
Monseñor D’Annibale explicó el contexto del pasaje. Jesús critica las apariencias de “creérnosla”, de ponernos en un lugar distinto, como los escribas. “Esas actitudes no son humanas en el sentido más profundo de la palabra, son más bien defectos”, opinó.
Jesús, por otro lado, alaba y se fija en una viuda que deja muy poco en la colecta del templo, y sin embargo la reconoce porque entregó todo con lo que tenía para vivir. “En un verdadero sentido de alabanza a Dios, de preeminencia de Dios sobre uno”, observó.
“Esta capacidad de donarse todo, que nadie vio, nos deja el sabor de un Dios que se fija en lo que nosotros somos capaces de dar en profundidad. Hay un hilito muy importante para descubrir cómo vivimos nosotros de cara a Dios y a nuestros hermanos”, dijo el obispo.
Para monseñor D’Annibale, ser profundamente humanos es “crecer en la capacidad de dar una sonrisa al que está al lado mío, poder dejar de lado lo que estoy haciendo para atender al que viene, o de brindar lo que tengo, de mi limosna, para que otro pueda estar mejor”.
“Jesús alaba la generosidad de esta mujer, y alabándola, nos alaba a nosotros si somos capaces de brindarnos. No importa la cantidad; implora la calidad. Por eso Jesús llamó a sus discípulos y les dijo que la pobre viuda había puesto más que todos”, explicó.
“Quizás nos está hablando a todos nosotros, a ver cuánto ponemos de nosotros en lo que hacemos, y que no seamos mezquinos ni vivamos de apariencia. Seamos capaces de vivir en su presencia”, propuso el prelado.+
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